Imagen de AP Photo/ Evan Vucci

El Presidente ha acudido a su revisión médica anual de forma anticipada, generando rumores.

El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha acudido a su revisión médica anual, sin embargo, al no ser una visita programada en su agenda oficial, ha generado preocupaciones entre los representantes políticos norteamericanos.

Stephanie Grisham, Secretaria de Prensa del Gobierno del Presidente Trump, aseguró que el examen solo se trató de un adelanto en la fecha pautada para aprovechar el tiempo libre del mandatario pues en 2020 tendrá una agenda “complicada”.

Los exámenes se realizaron en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Bethesda, Maryland, como es habitual, y el Doctor Sean Conley practicó los exámenes de forma personal.

“Anticipándose a un 2020 muy ocupado, el presidente aprovecha un fin de semana libre aquí en Washington para comenzar con partes de su examen físico anual de rutina en Walter Reed”, citó el comunicado oficial.

Es importante tomar en cuenta que el examen se realiza mientras que el Presidente se prepara para su campaña de relección, en medio de una considerable competencia por parte de los 20 candidatos demócratas que aspiran al apoyo de su partido para batirse el próximo 3 de noviembre en las elecciones.

Revisiones médicas anteriores

En la última revisión al Presidente se había determinado que su aumento de peso fue lo suficiente para considerarlo medicamente obeso; sin embargo, su médico de cabecera aclaró que, pese a eso, le complacía anunciar que el presidente de Estados Unidos gozaba muy buena salud y aseguró que permanecería igual por el tiempo que dure su presidencia e, incluso,mucho después, y el resultado dictaminó un “muy buen estado de salud en general”

En febrero de 2019, el examen médico de Trump mostró que había aumentado 4 libras con relación a los exámenes practicados el 2018.

En cuanto a los nuevos exámenes, la Secretaría de Prensa de La Casa Blanca informó: “El presidente sigue sano y vigoroso sin quejas, como lo demuestra en sus frecuentes presentaciones vigorosas en actos ante miles de estadounidenses varias veces por semana”.

Los hábitos del presidente Trump no incluyen el consumo de alcohol ni de tabaco, lo que aumenta sus posibilidades de mantenerse saludable en un futuro cercano, de igual forma, no se han revelado resultados formales del examen que duró aproximadamente cuatro horas.

De momento, solo se sabe que el Presidente ha aumentado sus dosis de Rosuvastatina, con el fin de controlar su colesterol. Se ha sabido que el Presidente es fanático de la comida rápida, los postres y las carnes rojas y blancas y que, salvo jugar golf, se ejercita poco.