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El sistema Braille que fue inventado por un niño

Las personas ciegas se ven privadas de infinidad de cosas, incluyendo la lectura y el acceso a información que nos alerta de lo que pasa alrededor. La escritura braille, que es utilizada cada día por millones de invidentes en todo el mundo tuvo su origen en un accidente por un niño.

Louis Braille era un travieso y juguetón niño de tan solo tres años que de manera accidental se dañó un ojo de manera irreversible, mientras jugaba con una lezna y una correa de cuero en el taller de su padre, que era guarnicionero.

La herida se le infectó y el ojo quedó inutilizado. La infección afectó también al ojo sano, de modo que en poco tiempo el niño quedó completamente ciego.

A pesar del impedimento consiguió sobreponerse y destacó en sus estudios, consiguiendo becas de gran importancia. Braille fue siempre apoyado y querido por sus familiares, quienes notaban claramente que el niño era hábil e inteligente.

Teniendo Braille diez años, ingresó a la Real Institución de Jóvenes Ciegos. Allí los limitados visuales aprendían a tocar instrumentos musicales y oficios que requerían habilidades manuales.

Adelantado a su tiempo, en 1829 publicó su sistema Braille que consta de 63 caracteres de 1 a 6 puntos en relieve y que permite ser leído con el tacto cuando se imprime sobre una superficie. Hay que valorar que este invento fue lanzado cuando no había una conciencia social hacia los discapacitados, lo cual lo hace mucho más especial e importante. Para crear sus puntos en relieve en la hoja de papel usó una lezna, la misma herramienta puntiaguda que le había causado la ceguera.

Con el tiempo, el sistema se empezó a usar por todo el mundo francoparlante. Para 1882 ya estaba en uso en Europa y en 1916 llegó a América del Norte, y luego, al resto del mundo.

Y aunque ahora la tecnología ya ha evolucionado este sistema haciéndolo más funcional, la Nasa nombró a un tipo raro de asteroide “9969 Braille”, un tributo eterno para un gran ser humano.