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La retirada está planificada para el próximo 11 de septiembre.

Luego de casi dos décadas de presencia militar ininterrumpida, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció este miércoles que las tropas de su país abandonarían Afganistán con el propósito de “ponerle fin a la guerra más larga” que el país norteamericano haya tenido, en palabras del jefe de estado.

La retirada está planificada para el próximo 11 de septiembre, una fecha altamente significativa, pues justo ese día se cumplirán veinte años exactos de la serie de atentados terroristas que dieron pie a la llamada “guerra contra el terrorismo”, una serie de operaciones militares conducidas por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN (Organización del Tratado Atlántico Norte) para “acabar con el terrorismo” en el mundo. En este marco se han llevado a cabo las intervenciones en Afganistán, Irak, Somalia, Siria, entre otros.


La posibilidad de una retirada de tropas de territorio afgano había sido asomada ya desde los tiempos de la administración de Donald Trump. De hecho, en febrero del año pasado, el gobierno norteamericano y el movimiento talibán firmaron un acuerdo para el fin de la ocupación. En un principio, la fecha de la retirada había sido fijada para el 1 de mayo. Sin embargo, el propio Biden había mencionado anteriormente que sería difícil culminar las operaciones para dicha fecha.

Ahora bien, algunos analistas del conflicto han mostrado su preocupación respecto a esta acción, ya que temen que el cese de la presencia militar estadounidense podría contribuir al fortalecimiento de los extremistas talibanes, los cuales, a pesar de haber sido mantenidos a raya, aún conservan cuotas de poder en varias zonas del país asiático.

Entrevistado por la BBC, Tamim Asey, miembro del Instituto de Estudios para la Guerra y la Paz de Kabul, espera que durante el tiempo que dure la retirada, “los partidos políticos afganos alcancen un acuerdo”, puesto que la otra opción es “enfrentar una guerra sangrienta como la Guerra Civil Siria”.

El temor a una guerra no es compartido solo por los analistas, sino por la población en general. Activistas por los derechos humanos advierten que los talibanes simplemente esperarán el retiro completo de las tropas para reanudad sus operaciones para ganar de nuevo el control del país. Empero, desde la Casa Blanca son tajantes: aseguran que la búsqueda de acuerdos y condiciones ideales para la retirada implicaría “quedarse en Afganistán por siempre”.

“¿Quién salvaguardará lo ganado en 20 años si se vuelve a una guerra civil, o si los talibanes toman el control de nuevo?”, es el clamor de algunas voces al interior de la nación asiática.