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Tanto expertos como el público en general se han preguntado qué habría escrito después de su monumental Novena Sinfonía.

Desde el fallecimiento del gran compositor Ludwig van Beethoven, ocurrido hace casi dos siglos, tanto expertos como el público en general se han preguntado qué habría escrito después de su monumental Novena Sinfonía.

Y gracias a esta inquietud, varios musicólogos y compositores se han aventurado a orquestar y completar algunos de los fragmentos sueltos que creen que fueron los primeros bocetos que el genio vienés utilizaría para su próxima obra maestra sinfónica.

En este sentido, el compositor suizo Gillaume Berney y la orquesta Nexus han decidido aplicar la inteligencia artificial para crear un extracto de aproximadamente cuatro minutos que ha sido denominado como BeethovANN Symphony 10.1.

“No, no cometimos un error tipográfico”, expresó Berney a la audiencia de su primera actuación.

El director helvético explica que las siglas ANN se refieren a la red neuronal artificial que la creó, prácticamente sin intervención humana alguna.

“Debemos admitir que no sabemos cómo sonará”, reconoció Berney en una entrevista ofrecida a la agencia de noticias francesa AFP.

La partitura final fue generada y puesta en papel apenas algunas horas antes de la actuación, luego de que el programador Florian Colombo diera el visto bueno a la culminación de lo que para él ha sido un proceso de años.

Desde su residencia en la ciudad suiza de Lausana, cercana a los Alpes, Colombo realizó un par de modificaciones antes de pulsar el botón que iniciaría la generación de la partitura.

Un visiblemente emocionado Berney afirmaba que, para él, era “como ver un nacimiento”, mientras tomaba las primeras hojas que salían de la impresora. Naturalmente, no era el único emocionado: los músicos también comenzaron a ensayar con un gran entusiasmo, muchos dibujando una sonrisa de sorpresa en sus rostros.

En palabras de Colombo, “hay un toque de Beethoven ahí, pero en realidad, es BeethovANN. Algo nuevo por descubrir”.

El informático graduado de Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), forjó su algoritmo utilizando el llamado aprendizaje profundo (“deep learning”, en inglés), que es una subdivisión de la inteligencia artificial destinada a enseñar a las computadoras a “pensar” mediante estructuras modeladas a imagen del cerebro humano.

En su opinión, la utilización de una computadora para intentar recrear algo iniciado por uno de los genios musicales más grandes del mundo no representa una invasión al espíritu creativo humano. Por el contrario, afirma que su algoritmo servirá como una nueva herramienta para hacer que la composición musical sea más accesible y para ampliar la creación humana.