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La nueva presidenta del Comité Olímpico Internacional (COI), Kirsty Coventry, ha recibido un respaldo mayoritario de los miembros para reforzar las condiciones de participación en la categoría femenina, lo que marca un cambio de rumbo en la política interna del organismo, que anteriormente se había destacado por una mayor apertura en cuestiones relacionadas con el género.

Durante sus primeras sesiones al frente del COI, la dirigente presentó el plan de creación de un grupo de trabajo integrado por especialistas y representantes de federaciones internacionales, con la misión de diseñar un marco normativo actualizado en materia de elegibilidad de género.

La decisión responde al debate generado después de la competencia de boxeo de los Juegos Olímpicos de París 2024, donde la argelina Imane Khelif y la taiwanesa Lin Yu-ting lograron la medalla de oro pese a haber sido descalificadas el año anterior por la falta de cumplimiento de los criterios de género establecidos en el Campeonato Mundial.

La World Boxing, institución reconocida recientemente por el COI como órgano rector del pugilismo a nivel mundial, implementó pruebas de sexo obligatorias y estableció que una de las campeonas, Khelif, no podrá volver a participar en la división femenina hasta que supere dichos controles. No obstante, la boxeadora se ha negado a someterse a las pruebas, argumentando que su condición de mujer ha sido demostrada a lo largo de su vida y su trayectoria deportiva.

Ante las críticas recibidas por la gestión del conflicto en la capital francesa y la percepción de una respuesta tardía, la presidenta enfatizó que no se revisarán ni modificarán los resultados de los Juegos Olímpicos celebrados, sino que “se debe continuar mirando hacia adelante”.

El organismo acordó adoptar un “liderazgo activo” en la coordinación de la elaboración de las nuevas pautas, con la intención de alcanzar un acuerdo general entre las naciones implicadas, siempre con un enfoque que combine la perspectiva científica y el reconocimiento de las particularidades de cada deporte.

“Entendemos que existen diferencias en cada deporte. Pero hemos acordado de forma unánime que, como miembros, como COI, tenemos el deber de proteger la categoría femenina”, expresó Coventry.

Los asistentes a los talleres celebrados en la sede del COI en Lausana, Suiza, coincidieron en la necesidad de “garantizar la equidad para todas las deportistas”, resaltando que la protección de la categoría femenina constituye un principio fundamental que debe guiar las próximas normas.

En este sentido, se espera que la futura normativa se oriente a impedir la participación de personas transgénero y de aquellas con variaciones en el desarrollo sexual en la división reservada a mujeres, aunque los resultados de competiciones anteriores permanecerán intactos.