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Este bajo rendimiento podría ser causado por las dificultades presentadas en la cadena de suministros y la escasez de empleos debido a la pandemia de COVID-19.

La economía estadounidense ha presentado un crecimiento notoriamente menor al esperado por la mayoría de los especialistas, de acuerdo con las cifras publicadas el jueves pasado por el Departamento de Comercio.

Según los cálculos de los economistas, el Producto Interno Bruto (PIB) del país norteamericano debía expandirse en alrededor de 8.5% con respecto al año pasado; sin embargo, el reporte del ente oficial indica que el crecimiento se ubicó en 6.5%, lo cual representa una diferencia significativa en comparación a los pronósticos.

El PIB, que consiste en la suma de todos los bienes y servicios producidos y consumidos en un país, es generalmente uno de los principales indicadores del desempeño económico. En opinión de los expertos, este bajo rendimiento podría ser causado por las dificultades presentadas en la cadena de suministros y la escasez de empleos debido a la pandemia de COVID-19.

Estos dos factores han incidido en una creciente inflación que ha torpedeado la expansión económica. Empero, algunos análisis, como el de la Fox Business, apuntan a que esta inflación refleja “la continua reapertura de la economía estadounidense y el apoyo gubernamental a través de estímulos, préstamos y beneficios a los desempleados”.

Una postura similar tomó Jerome Powell, directivo de la Reserva Federal, aunque se mostró cauteloso al asegurar que la inflación podría ser “más alta y más persistente de lo esperado”.

“El proceso de reapertura de la economía no tiene precedentes, así como lo fue el cierre durante el pico de la pandemia”, expresó Powell. “A medida que continúa esta reapertura, las dificultades en la repartición de empleos, los cuellos de botella en las cadenas de suministros y otros inconvenientes podrían obstaculizar el ajuste y reposición de inventarios, aumentando la posibilidad de que la inflación sea más alta y más persistente de lo esperado”, explicó.

Respecto a los temores por la nueva ola de contagios causada por la variante Delta del coronavirus, el funcionario se mostró confiado en que el impacto de esta cepa no será tan fuerte como en los primeros días de la pandemia. “Lo que hemos visto es que, con las diferentes oleadas de COVID-19 a lo largo de 2020 y en el presente año, ha habido menos implicaciones económicas con cada oleada”, expuso. Aun así, agregó que “es ciertamente posible que las personas desistan de realizar ciertas actividades por temor al riesgo de infección. […] Es posible que existan efectos económicos, pero estaremos monitoreando de cerca la situación”.