
En una violenta escalada sin precedentes en más de diez años, Tailandia y Camboya protagonizaron el jueves fuertes enfrentamientos fronterizos que dejaron al menos doce personas fallecidas y decenas de heridos. Las autoridades tailandesas confirmaron que once civiles y un soldado perdieron la vida tras ataques con cohetes y artillería por parte de las fuerzas camboyanas.
El conflicto estalló al amanecer, tras semanas de tensiones acumuladas por la añeja disputa territorial que ambos países mantienen desde la época colonial. Cada bando ha acusado al otro de haber iniciado las hostilidades y de violar la soberanía ajena.
De acuerdo con el ministro de Salud tailandés, Somsak Thepsuthin, los bombardeos procedieron de posiciones camboyanas e incluyeron un impacto contra un hospital en la provincia de Surin, hecho que en Tailandia consideran como un crimen de guerra. Además de los fallecidos, 24 civiles (entre ellos varias mujeres y niños) y siete militares resultaron heridos.
El Ejército Real de Tailandia precisó que entre las víctimas civiles figuraba un menor de ocho años y que los combates se desarrollaron en tres provincias: Surin, Sisaket y Buriram. En seis puntos distintos, las tropas camboyanas habrían empleado lanzacohetes y artillería de campaña, según Bangkok.
Para contrarrestar el avance enemigo, la fuerza aérea tailandesa realizó bombardeos contra blancos militares en territorio camboyano utilizando aviones de combate F-16. Phnom Penh, por su parte, rechazó los señalamientos e informó que sus autoridades aún no han registrado bajas propias.
El Ministerio de Defensa camboyano denunció que dos bombas lanzadas por aviones tailandeses cayeron sobre una carretera. En un comunicado, calificó la acción de “agresión militar imprudente y brutal” contra la integridad territorial de Camboya.
“Las fuerzas camboyanas han actuado en defensa propia, respondiendo a una incursión no provocada de tropas tailandesas, lo cual representa una violación a nuestra soberanía”, explicó el organismo.
La intensidad de los combates forzó la evacuación en poblados de ambos lados de la frontera. Videos difundidos por medios tailandeses muestran a civiles buscando refugio bajo estructuras de hormigón y a un hombre aferrado a un árbol mientras se escuchaban explosiones.
El epicentro de los choques se ubicó en los alrededores del templo hindú jemer Ta Muen Thom, declarado Patrimonio de la Humanidad y administrado de facto por Tailandia. Las tropas tailandesas acusaron a Camboya de desplegar un dron de vigilancia y de abrir fuego primero, mientras que Phnom Penh sostuvo que su respuesta fue estrictamente defensiva frente a una incursión no provocada.
Hun Manet, primer ministro de Camboya, y su padre, el exmandatario Hun Sen, afirmaron que dos provincias camboyanas sufrieron bombardeos. Hun Manet subrayó que su país “siempre ha defendido la resolución pacífica de los problemas, pero en este caso no tenemos más opción que responder con las fuerzas armadas a esta agresión”.
Tailandia y Camboya comparten 817 kilómetros de frontera común, a lo largo de los cuales han ocurrido decenas de escaramuzas causadas por discrepancias cartográficas heredadas del periodo colonial. Entre 2008 y 2011, los intercambios de artillería dejaron al menos 34 muertos y provocaron desplazamientos masivos.