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Los precios del cobre en Estados Unidos alcanzaron un máximo histórico luego de que el expresidente Donald Trump anunciara la imposición de un arancel del 50% sobre las importaciones del metal industrial. La medida, parte de una nueva fase en su política comercial, generó una reacción inmediata en los mercados, con un aumento de más del 10% en los futuros del cobre, que llegaron a cotizarse en 5,682 dólares por libra antes de estabilizarse ligeramente.

El anuncio se produjo en medio de una serie de declaraciones contradictorias sobre los plazos y alcances de los nuevos aranceles. Trump también amenazó con imponer un impuesto fronterizo del 200% sobre productos farmacéuticos, aunque indicó que esa medida se aplicaría dentro de un año o año y medio. Además, se espera que se revelen nuevos gravámenes sobre chips y otros productos tecnológicos en los próximos días.

La incertidumbre generada por los cambios constantes en la política arancelaria estadounidense ha provocado confusión entre socios comerciales y analistas. Mientras los precios del cobre subían en Estados Unidos, en otras regiones del mundo se registraron caídas ante el temor de una reducción en la demanda estadounidense. En la Bolsa de Metales de Londres, el cobre cayó hasta un 2,4% al inicio de la sesión, cotizando posteriormente a 9.653 dólares por tonelada.

En Europa, fuentes diplomáticas indicaron que se espera alcanzar un acuerdo marco con Estados Unidos en los próximos días, centrado en sectores como el automotriz, el acero y los dispositivos médicos de alta tecnología. La Unión Europea busca estabilizar las relaciones transatlánticas y mantener la cooperación en defensa y seguridad, lo que ha acelerado las negociaciones. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresó que el bloque está preparado para cualquier escenario en caso de que las conversaciones fracasen.

Desde el gobierno estadounidense, se anticipa que los aranceles al cobre entren en vigor a finales de julio o principios de agosto. Expertos advierten que estas medidas podrían elevar los costos en sectores clave de la economía nacional, dado el uso extendido del cobre en productos electrónicos, automóviles, centros de datos y tecnologías de energía renovable.

Por su parte, analistas financieros señalan que Estados Unidos no cuenta con suficiente capacidad minera ni de refinación para ser autosuficiente en cobre, lo que podría generar primas de precios sostenidas en el mercado interno. Además, se prevé que los nuevos aranceles tengan efectos inflacionarios a nivel nacional y deflacionarios en el mercado internacional, intensificando las tensiones comerciales globales.