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Alrededor de 300 migrantes retornaron a Puerto Príncipe en tres vuelos este domingo.

Estados Unidos ha tomado la decisión de enviar a cientos de refugiados haitianos apostados en una ciudad fronteriza de Texas de regreso a su tierra natal, y ha lanzado una advertencia a otros para que no crucen la frontera desde México, en una inédita demostración de severidad migratoria que marca el comienzo de lo que podría ser una de las expulsiones a gran escala de refugiados más rápidas en décadas.

Alrededor de 300 migrantes retornaron a Puerto Príncipe en tres vuelos este domingo, y de acuerdo con funcionarios haitianos, se esperan seis vuelos el martes. En total, las autoridades estadounidenses estiman que se podrían expulsar a gran parte de los más de 12.000 migrantes que se encuentran estacionados en las cercanías de un puente en Del Río, Texas, después de cruzar la frontera desde Ciudad Acuña, México.

El país norteamericano planea activar hasta siete vuelos diarios hacia Haití el miércoles, cuatro a Puerto Príncipe y tres a Cabo Haitiano, según un funcionario estadounidense que prefirió mantener el anonimato.. Los vuelos continuarían saliendo desde la ciudad de San Antonio, pero las autoridades creen que podrían agregar a El Paso.

En palabras del alcalde de Del Río, Bruno Lozano, las condiciones en las que están los refugiados son precarias. “Hace mucho calor y está seco. También somos propensos a los fenómenos meteorológicos inesperados”, expresó.

Por su parte, Raúl Ortiz, jefe de la Patrulla Fronteriza, declaró que el organismo que preside se encuentra abocado a ofrecer a los haitianos la asistencia necesaria para su supervivencia. “Estamos proporcionando comida, agua, inodoros portátiles, toallas y demás elementos básicos. También tenemos médicos de emergencia que están entrenados para ofrecer primeros auxilios, por si alguien necesita atención médica más allá de la que nuestros empleados pueden brindar”, comentó.

“Trabajamos incansablemente para protegerlos [a los migrante] del calor, de los elementos y de ese lugar debajo del puente para llevarlos a nuestras instalaciones, con el fin de procesar  y deportar rápidamente a estas personas, de acuerdo con nuestras leyes y nuestras políticas”, agregó el funcionario.

El único precedente de una expulsión de este tipo sin la oportunidad de solicitar asilo fue en el año de 1992, cuando la Guardia Costera estadounidense interceptó a cientos de refugiados haitianos en el mar. Cabe destacar que, de manera similar, un gran número de mexicanos han sido enviados a casa durante los años pico de inmigración, pero por tierra y no de forma tan expedita.