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Un nuevo estudio realizado por científicos estadounidenses ha revelado que la exposición a la luz artificial durante la noche puede aumentar el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer, especialmente en personas menores de 65 años.

El artículo, publicado en la revista Frontiers in Neuroscience, demuestra que existen correlaciones entre las zonas de Estados Unidos con una exposición excesiva a la luz artificial durante la noche y mayores índices de padecimiento de la enfermedad de Alzheimer.

Cabe destacar que, en el país norteamericano, al menos 19 estados han aprobado leyes para reducir la contaminación lumínica. No obstante, los investigadores dicen que, a pesar de esto, “en muchas partes del país los niveles de luz durante la noche siguen siendo muy altos”.

Los autores del estudio destacan que, aunque “las farolas, la iluminación de las carreteras y los carteles luminosos pueden servir para disuadir criminales, hacer que las carreteras sean más seguras y mejorar el paisaje nocturno”, la iluminación ininterrumpida puede tener “consecuencias ecológicas, psicológicas y de salud física”.

Para llegar a tales conclusiones, los expertos realizaron una evaluación de la incidencia de la enfermedad de Alzheimer y la cotejaron con la intensidad de la luz nocturna promedio por estado y condado en todos los Estados Unidos, desde el año 2012 hasta el año 2018. Para ello, extrajeron datos de contaminación lumínica recopilados por satélites de la NASA e informes de Medicare sobre la prevalencia de Alzheimer.

Si bien enfermedades como la diabetes o la hipertensión tienen una fuerte relación con el Alzheimer, el estudio indica que el exceso de luz nocturna estaba más fuertemente asociado con dicho padecimiento que “el abuso de alcohol, la enfermedad renal crónica, la depresión, la insuficiencia cardíaca y la obesidad”, especialmente en individuos menores de 65 años.

“Esto podría sugerir que los más jóvenes pueden ser particularmente sensibles a los efectos de la exposición a la luz durante la noche”, señalan los investigadores.

“Ciertos genes que influyen en la aparición temprana de la enfermedad de Alzheimer tienen un impacto en la respuesta a los factores de estrés biológicos, lo que podría explicar una mayor vulnerabilidad a los efectos de la exposición a la luz nocturna”, explica Robin Voigt-Zuwala, profesora del Centro Médico de la Universidad Rush y una de las autoras del artículo. De igual forma, agrega que los jóvenes tienen mayores probabilidades de vivir en “áreas urbanas y tener estilos de vida que pueden aumentar la exposición a la luz durante la noche”.

Si bien todavía falta profundizar en este asunto, los autores esperan que su trabajo sirva para que las personas comiencen a “hacer cambios sencillos en sus estilos de vida”, como apagar todas las luces antes de dormir o utilizar cortinas opacas.