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Alex Morgan ha solicitado este martes a la Liga Nacional de Fútbol Femenino que ponga fin a una década de medidas ineficaces.

La delantera de la selección nacional femenina de fútbol de los Estados Unidos y del Orlando Pride, Alex Morgan, ha solicitado este martes a la Liga Nacional de Fútbol Femenino que ponga fin a una década de medidas ineficaces que condujeron al agravamiento de la situación de acoso sexual de jugadoras por parte de algunos entrenadores.

La semana pasada, el equipo North Carolina Courage anunció el despido de su entrenador Paul Riley, luego de varias acusaciones que abarcan más de una década de presunto acoso sexual , así como de comentarios inapropiados sobre el peso y la orientación sexual de varias jugadoras.

La medida se tomó luego de que el diario The Athletic hiciera pública una investigación que incluye a más de una docena de jugadoras de todos los equipos que Riley ha entrenado desde 2010, incluyendo a Mana Shim y Sinead Farrelly, quienes se animaron a formalizar denuncias en contra del estratega.

Al respecto, Alex Morgan pidió a la liga mayor contundencia en la formulación e implementación de políticas para proteger a las jugadoras.

“Estoy aquí para expresar mi apoyo a Mana [Shim] y Sinead [Farrelly], y para hacerme eco de sus denuncias”, aseguró Morgan. “Quiero poner en evidencia la falla sistémica de la liga y lo mal que hicieron al manejar el caso y la investigación de Mana”, añadió Morgan.

“Echando un vistazo hacia el pasado, creo que intenté ser la mejor amiga y compañera para Mana al ayudarla con la presentación de una denuncia formal, en un momento en el que no había una política contra el acoso,  no existía una línea directa anónima, ni había manera oficial de denunciar”, expresó la estrella de la USWNT.

Por su parte, Shim ofreció detalles de su situación, y se refirió a Riley como “un depredador”. Igualmente, acotó que su equipo actuó como cómplice del entrenador.

“Es un depredador. Me acosó sexualmente, al igual que a Sinead, y arruinó nuestras carreras”, sentenció.  “Desde el principio, intentaron callarme por múltiples razones, siendo mi sexualidad la más importante. Y sí, era algo incómodo el todo el tiempo;  todos los días me presentaba al entrenamiento, practicaba, jugaba en los partidos, pero no tenía confianza y tenía miedo. Mi único soporte fueron mis compañeras”, agregó.

Como resultado de las acusaciones realizadas contra Riley, la dirigente Lisa Baird presentó su renuncia como comisionada de la Liga Nacional de Fútbol Femenino, y los partidos programados para el pasado viernes y sábado tuvieron que ser pospuestos.