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El crecimiento anual en el último cuatrimestre se ubicó en un 6.4%.

Expertos coinciden en que la economía estadounidense, duramente golpeada por una pandemia de COVID-19 que ya se ha cobrado más de medio millón de vidas, está dando señales de una recuperación rápida y sostenida.

De acuerdo con cifras gubernamentales, el crecimiento anual en el último cuatrimestre se ubicó en un 6.4%, y existen expectativas de que en el presente cuatrimestre sea aún más alto. Asimismo, el número de personas en búsqueda de ayuda a causa del desempleo ha caído a su nivel más bajo en más de un año, y se espera que el mercado inmobiliario comience a fortalecerse en el próximo verano.


Según los expertos, un metódico plan de vacunación y un rápido decrecimiento en la cantidad de personas contagiadas impactarían significativamente en mantener este ritmo de crecimiento que, según apuntan, podría cerrar el año en un 7%, la cifra interanual más alta desde mediados de los años 80.

Sin embargo, ahora la situación plantea una disyuntiva: los sectores fuertemente afectados por la estricta cuarentena (como teatros, museos o restaurantes) seguramente verán un reflorecimiento de sus actividades; sin embargo, las compañías de servicios en línea que, en los últimos meses, han obtenido ganancias inimaginables (como Amazon o Netflix), ahora deberán demostrar que pueden mantener su ritmo de crecimiento a pesar de la reapertura.

De igual manera, hay que resaltar que los ambiciosos estímulos fiscales anunciados recientemente por el presidente Joe Biden han renovado las esperanzas de los actores económicos. Un primer estímulo de 1.9 billones de dólares fue aprobado por el Congreso en marzo pasado, mientras que un paquete de 2.3 billones de dólares en infraestructura aún está en revisión.

“Los motores de la economía parecen estar despertando de nuevo” explica a la agencia AP Greg Daco, de Oxford Economics. “Observamos un mejoramiento notable en el ambiente sanitario, los estímulos fiscales son abundantes y el empleo está experimentando un salto considerable”, complementó.

Todo este ambiente optimista ha impulsado a diversos actores a tomar medidas que podrían parecer sorpresivas. Por ejemplo, a mediados de semana, el alcalde de Nueva York, Bill De Blasio hizo de conocimiento público que la ciudad estaría “completamente abierta” para el mes de julio. “Estamos listos para la reapertura de tiendas, negocios, oficinas, teatros… todo a máxima capacidad”, expresó el político.

“Esta recuperación se debe al robusto plan de vacunación que nos ha ayudado poner bajo control a la pandemia, y a la estrategia económica del gobierno que prioriza a las familias trabajadoras”, comunicó la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, a los medios.