Free Palestine
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El estudiante y activista palestino Mahmoud Khalil finalmente pudo reunirse con su esposa e hijo tras pasar más de tres meses detenido por parte de las autoridades federales de inmigración en Estados Unidos.

Egresado de la Universidad de Columbia, Khalil alcanzó reconocimiento a nivel nacional e internacional por ser una de las figuras más prominentes de las manifestaciones contra la agresión israelí en Gaza, lo que lo convirtió en uno de los principales objetivos de la administración Trump.

El activista aterrizó en Nueva Jersey el sábado al mediodía proveniente de un centro de detención en Luisiana, luego de un vuelo que sufrió desvíos y retrasos, llegando dos horas más tarde de lo previsto. A su salida del control en el aeropuerto de Newark, fue recibido por su esposa, Noor Abdalla, figuras políticas aliadas como la congresista demócrata Alexandra Ocasio-Cortez, y decenas de simpatizantes de su causa.

En una breve rueda de prensa tras aterrizar, Khalil no dudó en expresar su firme compromiso de seguir luchando por los derechos de Palestina, pese a desafíos y amenazas.

“Si me amenazaran con detenerme nuevamente, o incluso si me mataran, continuaría defendiendo a Palestina”, aseguró el estudiante de 30 años. “Solo deseo volver y seguir con el trabajo que ya estaba haciendo, que es defender los derechos palestinos, algo que debería ser celebrado y no lugar de castigado”, añadió.

Esta actitud ha generado reacciones de solidaridad, como la de Ocasio-Cortez, quien indicó que “la lucha no ha terminado, y tendremos que seguir apoyando este caso”.

“La persecución con base en el discurso político está mal y representa una violación de todos los derechos establecidos en la Primera Enmienda”, agregó.

La polémica en torno a Khalil inició a principios de marzo, cuando agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) lo detuvieron en el vestíbulo de la residencia universitaria, frente a su esposa, que en ese entonces estaba en las etapas finales de su embarazo. Esta situación impidió que el activista asistiera al nacimiento de su primer hijo, hecho que generó una profunda conmoción en diversos círculos académicos, políticos y culturales.

No obstante, tras 104 días en reclusión, el juez federal Michael Farbiarz ordenó la liberación inmediata de Khalil, argumentando la inexistencia de elementos suficientes para considerarlo un riesgo para la seguridad nacional y cuestionando la aplicación de sanciones en un asunto civil.

Sin embargo, la administración Trump interpuso de inmediato recursos de apelación contra la decisión, mientras colectivos e intelectuales denunciaron la detención como un ataque a la libertad de expresión.