Foto: Unsplash

La moneda nacional de Turquía cayó hasta un 4,1% hasta las 11,0877 liras por dólar.

La lira turca cayó a un mínimo histórico después de que el banco central recortara los costos de endeudamiento por tercer mes consecutivo, una medida riesgosa que podría ahondar aún más la inestabilidad de los precios y la moneda.

La moneda nacional de Turquía cayó hasta un 4,1% hasta las 11,0877 liras por dólar, representando la mayor devaluación vista a lo largo de este año en los mercados emergentes. Los entes reguladores decidieron recortar la tasa de recompra hasta el 15%, y asomaron la posibilidad de considerar poner fin al ciclo de flexibilización el próximo mes.

Todo esto se produce en medio de una inflación al consumidor rampante, que se aceleró a casi el 20% en el pasado mes de octubre. Esto no se nivel visto desde hace tres años, cuando una crisis cambiaria golpeó a la nación euroasiática.

Según analistas como Simon Harvey, de Monex Europe, el ente emisor turco ha “evitado esta semana, y por poco margen, alimentar una crisis monetaria en toda regla, al incluir una referencia a la posibilidad de detener el ciclo de recortes en diciembre”.  “Sin embargo, la terminología en torno a tal decisión sigue siendo vaga. Por tanto, se mantiene la presión sobre la lira”, agregó el experto.

La situación se torna más complicada aún debido a que una política más flexible por parte del gobierno turco también deja a la lira vulnerable a mayores ganancias del dólar estadounidense. Esta semana, el dólar subió al nivel más alto en más de un año en una canasta comparativa con otras monedas, acumulando presión sobre las monedas de mercados emergentes más riesgosas que se habían beneficiado de una política excepcionalmente flexible en las economías desarrolladas.

La lira ha perdido alrededor de un tercio de su valor frente al dólar desde diciembre y está preparada para una novena pérdida anual consecutiva. Se ha debilitado más del 20% desde que el banco central comenzó a recortar las tasas en septiembre.

Antes de la decisión, el presidente del grupo empresarial más grande de Turquía, Tusiad, dijo que el banco central no debería olvidar su principal objetivo de controlar la inflación. Esto refleja la creciente preocupación de que la debilidad de la moneda extendida desestabilice la economía, que se asienta sobre 446.000 millones de dólares de deuda externa, según datos del propio banco central.

Es importante destacar que las empresas turcas y el gobierno tienen que reembolsar 13.000 millones de dólares en deuda en moneda extranjera en los dos últimos meses del año. Más de la mitad (alrededor de 8 mil millones) vencerá este mes, lo cual representa otro reto más para asumir.