Boxing
Credit: Unsplash

Oleksandr Usyk se convirtió la tarde del sábado en el primer campeón mundial indiscutible de peso pesado de este siglo luego de derrotar por decisión dividida a Tyson Fury, en un combate escenificado en el Kingdom Arena de la ciudad de Riad, Arabia Saudita.

De esta forma, el ucraniano sumó título del CMB que poseía Fury a los cinturones de la FIB, la AMB y la OMB, de los cuales ya era dueño. Dos de los jueces emitieron tarjetas de 115-112 y 114-113 a favor de Usyk, mientras que el tercero favoreció a Fury con un puntaje de 114-113.

La contienda comenzó con un Usyk haciendo gala de su impecable técnica y rapidez, mientras su rival intentaba esquivar sus golpes y aprovechar su ventaja de hasta 15 centímetros de estatura para mantenerse a distancia.

En el segundo round, Fury tomó la iniciativa y lanzó un gancho de derecha seguido de dos fuertes rectos que paralizaron momentáneamente las piernas del ucraniano. No obstante, este logró reponerse y volver a ser el agresor utilizando su movimiento de piernas y marcando el ritmo del combate.

En el quinto episodio, Fury nuevamente hizo retroceder a Usyk con fuertes golpes al cuerpo que amenazaron con llevarlo a la lona, aunque el nativo de Simferopol fue capaz de mantenerse de pie.

Sin embargo, el devenir de la pelea cambió en el octavo asalto, cuando Usyk conectó un gancho de derecha y un volado de izquierda que hicieron tambalear al gigante inglés. Luego, remató nuevamente con un izquierdazo a la nariz de su oponente, que comenzó a manar sangre.

Ya en la novena vuelta, Usyk aumentó la presión, y con una andanada más de 10 golpes hizo que el británico se tambalease sobre el ring y cayera desplomado sobre una de las esquinas. Fury, sosteniéndose precariamente sobre las cuerdas, fue capaz de vencer el conteo del réferi, siendo salvado por la campana.

Empero, fiel a su estilo, el de Manchester resurgió de las cenizas en los siguientes dos asaltos, pero tanto el décimo como el undécimo fueron para Usyk, quien asestó los golpes más potentes.

Con este resultado, Usyk entra en los libros de la historia del pugilismo como uno de los pocos seres humanos en ser campeón olímpico (Londres 2012), campeón mundial indiscutible de peso crucero, y ahora campeón mundial indiscutible de peso pesado.

Cabe destacar que la última vez que la máxima división del boxeo tuvo un campeón indiscutible fue hace más de 25 años, cuando Lennox Lewis derrotó a Evander Holyfield en Las Vegas en 1999.