Foto: Kristoffer Tripplaar/Sipa USA/Associated Press

La farmacéutica estadounidense Pfizer espera tener resultados sobre la última fase de pruebas de su vacuna del coronavirus para finales de octubre.

Mientras, expertos han expresado su temor por cuanto a la presión que podría ejercer el presidente Donald Trump para obtener una vacuna contra esta nueva enfermedad antes de las elecciones presidenciales de noviembre.


Alberto Bourla, consejero delegado de Pfizer, ha hablado sobre el trabajo que está haciendo la farmacéutica. Actualmente, la empresa ha reclutado a alrededor de 30.000 voluntarios que esperan participar de los ensayos clínicos de la fase 3, la fase final para solicitar a las autoridades que aprueben la vacuna.

“Esperamos que para finales de octubre deberíamos tener suficiente para decir si el producto funciona o no”, estimó Bourla. La vacuna que está desarrollando Pfizer en conjunto con la compañía BioNTech ha recibido el respaldo del gobierno de Trump para acelerar estos trabajos.

El mes pasado, la Administración de Trump anunció que ambas compañías recibirían 1.950 millones de dólares para asegurar cientos de millones de dosis de la vacuna en caso de que los resultados arrojados por la última fase de ensayos determinen que es efectiva y segura.

Actualmente, Estados Unidos supera los 6 millones de casos confirmados de coronavirus y las 185.000 muertes por COVID-19; sin embargo, el faro de esperanza recae en las tres vacunas que se encuentran en la tercera fase de ensayos clínicos, como la de Moderna con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas; la de Pfizer con BioNTech; y la de AstraZeneca con la Universidad de Oxford.

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Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han pedido a todos los estados estar preparados para distribuir una vacuna contra el coronavirus en caso de que los resultados sean positivos y se apruebe. Las fechas tentativas para esto están entre finales de octubre y principios de noviembre.

La llegada de esta vacuna también tiene impacto en el panorama político del país, puesto que muchos expertos temen que Trump presiona para que sea autorizada una vacuna antes de las elecciones del 3 de noviembre. Un grupo de científicos consideran improbable tener resultados tan pronto, pero también afirman que es posible.

Ezekiel Emanuel, de la Universidad de Pensilvania y asesor de Joe Biden, ha comentado que las fechas manejadas sugieren la existencia de una presión política, más allá de la ciencia y los datos, que se impondría sobre esta decisión.