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Saied aseguró que mantendrá el control del poder ejecutivo mientras se designa a un nuevo primer ministro.

En un fin de semana caótico, marcado por masivas protestas, el presidente de Túnez, Kais Saied, ha tomado la decisión de remover de su puesto al primer ministro Hichem Mechichi y suspender las funciones del parlamento. Las manifestaciones se centraron principalmente en la profunda crisis económica que atraviesa la nación norafricana y en el deficiente manejo de la pandemia de COVID-19.

En una comparecencia ante los medios en la tarde de este domingo, Saied anunció la destitución y aseguró que mantendrá el control del poder ejecutivo mientras se designa a un nuevo primer ministro.

“Hemos tomado estas decisiones hasta que la paz regrese a Túnez y para que podamos salvaguardar la seguridad de la nación”, expresó el dirigente, luego de una reunión de emergencia en el palacio presidencial.

Las medidas fueron recibidas con júbilo por parte de decenas de miles de personas que salieron a las calles a festejar la remoción de Mechichi. “Al fin nos hemos librado de ellos [Mechichi y el parlamento]”, declaró a la agencia Reuters una manifestante. “Este es el momento más feliz que hemos vivido desde la Revolución [de 2011]”, agregó.

Empero, desde algunos sectores del ámbito político ven este movimiento como un golpe de estado. Por ejemplo, el ex presidente Moncef Marzouki aseveró que este cambio puede llevar a Túnez a “una peor situación”.

“Le pido al pueblo tunecino que piense si este es el principio de la solución. Por el contrario, parece ser el principio de una escalada que puede llevarnos a una peor situación”, declaró el político a través de un video publicado en sus redes sociales.

De igual forma, el vocero del parlamento, Rached Ghannouchi, ha tachado las decisiones de Saied como “un golpe contra la constitución” y ha hecho un llamado “a defender la Revolución”.

“Consideramos que las instituciones todavía permanecen vigentes, y estamos seguros de que los seguidores del partido Ennahda y el pueblo tunecino van a defender la Revolución”, mencionó en una entrevista con Reuters.

Sin embargo, ante estos llamados, el presidente Saied ha sido enfático en aclarar que utilizará la fuerza militar si se dan hechos de violencia.

“Le hago una advertencia a cualquiera que quiera tomar las armas o que quiera disparar: las fuerzas armadas también responderán con balas”, puntualizó.

La lucha por el poder en el país africano no es de reciente data. Desde hace más de un año, Saied y Mechichi se encontraban enzarzados en una agria disputa, mientras la economía seguía en picada y el sistema sanitario colapsaba ante uno de los peores brotes de COVID-19 del continente.