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Varios expertos apuntan a que el motivo es la aguda escasez de conductores de vehículos de transporte de bienes.

El gigante estadounidense de la comida rápida, McDonald’s, se ha visto forzado en los últimos días a modificar el menú ofrecido por sus más de mil doscientos locales en el Reino Unido debido a serios problemas en la cadena de suministros. La situación ha obligado a que la empresa deje de ofrecer productos como la leche malteada o bebidas embotelladas, generando confusión y malestar entre sus clientes.

Aunque la compañía aún no ha especificado una causa concreta del problema en la cadena de suministros, varios expertos y agencias noticiosas apuntan a que el motivo es la aguda escasez de conductores de vehículos de transporte de bienes.

En días recientes, un portavoz de la empresa explicó que estaban experimentando “problemas en la cadena de suministros”, y que por ello varios productos estarían temporalmente no disponibles.

“Como la mayoría de los comerciantes del Reino Unido, estamos experimentando algunos  problemas en la cadena de suministros, lo cual impacta directamente en la disponibilidad de un limitado número de productos”, aseguró el portavoz. “Las bebidas embotelladas y las malteadas no estarán disponibles temporalmente en nuestros restaurantes en Inglaterra, Gales y Escocia. Por esto, pedimos disculpas a nuestros clientes, y agradecemos la paciencia que han mostrado”, agregó.

Empero, McDonald’s no es el único negocio que tiene dificultades con su menú. Hace una semana, la cadena Nando’s, que se especializa en la venta de pollo a la parrilla, se vio forzada a cerrar cincuenta restaurantes debido a la escasez en el suministro de pollo. Una situación similar atraviesa la multinacional estadounidense KFC, que también ha visto mermados sus suministros.

Con respecto a la preocupante disminución de la cantidad de conductores de vehículos de transporte de bienes, se estima que, como consecuencia de la pandemia del COVID-19 y del Brexit, hasta 14.000 conductores se vieron forzados a abandonar sus puestos de trabajo.

Algunos negocios han intentado capear el vendaval ofreciendo incentivos y entrenamiento. Morrisons, una de las cadenas de supermercados más grandes del Reino Unido, ha iniciado un programa de formación para conductores con el fin de evitar un agravamiento de la situación. Asimismo, la empresa minorista Tesco afirmó que ofrecería hasta mil libras esterlinas (unos mil cuatrocientos dólares) a cada conductor como incentivo adicional para no perder más personal.

Finalmente, desde el gobierno británico han asegurado que ya se encuentran trabajando en un programa para atacar la escasez de conductores, incluyendo la aprobación de un mayor número de licencias y la suavización de ciertos trámites administrativos.