
La desaceleración económica de China se intensificó en agosto, con varios indicadores clave por debajo de las expectativas del mercado. La persistente debilidad de la demanda interna y las medidas oficiales para reducir el exceso de capacidad industrial han contribuido a frenar el crecimiento en sectores estratégicos.
Según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas, las ventas minoristas aumentaron un 3,4 % en comparación con el mismo mes del año anterior, cifra inferior al 3,9 % previsto por analistas y también por debajo del 3,7 % registrado en julio. Este retroceso refleja el bajo dinamismo del consumo, a pesar de los esfuerzos del gobierno por estimular la actividad económica.
La producción industrial también mostró señales de debilitamiento, con un crecimiento del 5,2 % en agosto frente al 5,7 % del mes anterior. Este resultado representa el nivel más bajo desde agosto de 2024, y contradice las proyecciones que anticipaban una continuidad en el ritmo de expansión. Las restricciones impuestas por Pekín para contener el exceso de capacidad en sectores como el acero y la manufactura pesada han limitado el impulso productivo.
En cuanto a la inversión en activos fijos, el crecimiento acumulado en lo que va del año fue de apenas 0,5 %, una desaceleración significativa respecto al 1,6 % registrado entre enero y julio. Este indicador también quedó por debajo de las previsiones, que apuntaban a un avance del 1,4 %. Dentro de este segmento, la inversión inmobiliaria se contrajo un 12,9 % en los primeros ocho meses del año, lo que evidencia la prolongada crisis del sector de la construcción y el endurecimiento de las políticas de financiamiento.
El mercado laboral urbano también mostró señales de tensión. La tasa de desempleo basada en encuestas se ubicó en 5,3 % en agosto, ligeramente superior al 5,2 % del mes anterior. Las autoridades atribuyen este aumento al impacto estacional de la temporada de graduaciones, que incrementa temporalmente el número de personas en búsqueda de empleo.
Ante este panorama, el gobierno chino ha reiterado la necesidad de aplicar políticas macroeconómicas más eficaces, con énfasis en la estabilidad del empleo, el apoyo a las empresas y la recuperación de la confianza del mercado. También se ha subrayado la importancia de profundizar las reformas estructurales, fomentar la apertura económica y promover la innovación como pilares para lograr un desarrollo sostenido y equilibrado.
La evolución de estos indicadores será clave para evaluar la capacidad de China de revertir la tendencia actual y mantener sus objetivos de crecimiento en un contexto global marcado por la incertidumbre y los desafíos estructurales.
