El ejército ruso ha continúa consolidando sus avances en el este de Ucrania mientras intenta acabar con las líneas defensivas ucranianas antes de la llegada del milmillonario paquete de ayuda aprobado por Estados Unidos la semana pasada.
El domingo, los soldados rusos ampliaron sus operaciones en los alrededores de la aldea de Ocheretyne, ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Avdiivka, en la región de Donetsk. De acuerdo con funcionarios ucranianos, la situación en el Donbás es “muy difícil, aunque no crítica ni catastrófica”.
Los combates en Ocheretyne formaron parte de un ataque sorpresa por parte de los rusos, quienes sortearon una amplia red de trincheras para apoderarse de las localidades de Solovyove y Novokalynov, mientras continúan su rápido avance hacia el oeste.
Con el control de Avdiivka y sus alrededores, las fuerzas de Moscú ahora enfocan sus esfuerzos en tomar la ciudad de Pokrovsk, considerada como uno de los bastiones ucranianos en la región. Asimismo, han comenzado a bombardear desde el aire el pueblo de Chasiv Yar, ubicado cerca de Bajmut.
De acuerdo el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), una organización estadounidense creada en 2007 para analizar temas de defensa y relaciones exteriores a nivel mundial, tomará “entre uno y dos meses” para que parte de los 61.000 millones de dólares de ayuda militar estadounidense llegue a las tropas ucranianas ubicadas en la línea de contacto. No obstante, se estima que algunas armas, como proyectiles de artillería y morteros, puedan arribar antes de lo previsto.
En este sentido, el ISW estima que Rusia está tratando de avanzar lo más rápido posible antes de que llegue la asistencia estadounidense, y advierte que el plan de Moscú incluye una ambiciosa ofensiva veraniega para rodear Slaviansk y Kramatorsk, con lo cual ganaría un control casi total de la región de Donetsk.
Asimismo, expertos aseguran que los próximos meses serán cruciales para el desarrollo de la guerra. Ucrania ha agotado completamente sus reservas de armamento soviético, y esto ha permitido a las tropas de tierra y a la aviación rusa operar libremente en el frente de batalla.
El ejército ruso también ha atacado repetidamente la infraestructura crítica ucraniana. El sábado, varios misiles impactaron en diversas instalaciones eléctricas en el centro y el oeste de Ucrania, dejando hasta cuatro centrales termoeléctricas dañadas en Ivano-Frankivsk y Lviv.
Entretanto, el domingo, drones rusos atacaron un hotel en la ciudad portuaria de Mykolaiv, donde presuntamente se albergaban “mercenarios de habla inglesa”, según el Kremlin. También resultó afectada una planta de calefacción, de acuerdo con el gobernador de la región, Vitaly Kim.