Young males playing soccer
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El fútbol base en España vive una revolución silenciosa pero poderosa, gracias Save Football, un proyecto pionero que busca certificar los valores humanos en el deporte infantil y juvenil. La iniciativa, liderada por Rubén Godoy y acompañada por un equipo de más de 25 profesionales, nace con un objetivo claro: reducir la toxicidad en torno a los niños y convertir a padres y entrenadores en aliados de la educación.

 

El proceso es sencillo: los clubes reciben formación online y, tras una auditoría, obtienen el sello que acredita su compromiso con la convivencia y el respeto. La respuesta no se ha hecho esperar: más de cien canteras de todo el país han manifestado su interés, y ya son más de 40 los clubes que han firmado acuerdos, con previsión de superar los 50 en los próximos meses. El proyecto incluso ha llegado a traspasar fronteras, estableciéndose en Chile y Panamá, y abriendo conversaciones en Estados Unidos. En España, equipos como el Getafe ya colaboran activamente y se prepara el primer torneo oficial de Save Football.

Cabe destacar que las universidades también se han sumado a la iniciativa. La Complutense de Madrid evaluará el impacto de la formación en seis equipos piloto, mientras que la Universidad Alfonso X el Sabio trabaja en el primer Congreso Internacional de Educación en el Fútbol. El objetivo es ambicioso: que para el Mundial de 2030 España se erija como un referente mundial en educación deportiva.

El proyecto pone el foco en los actores más influyentes: padres y entrenadores. “La presión y las expectativas desmedidas afectan a la salud mental de los niños”, explica el psicólogo Diego Benito. En este sentido, Save Football busca equilibrar habilidades y metas, recordando que el éxito no es solo llegar a jugar en la Primera División, sino que también implica disfrutar y vivir del fútbol. Cabe destacar que apenas un 0.04% de los aspirantes a ser futbolistas logra ser profesional, pero todos pueden crecer con valores.

Ejemplos ya se ven en clubes como el Navalcarnero, que luce el parche de Save Football en sus camisetas. Con casi un millar de jóvenes en su cantera, el club destaca mejoras en el respeto hacia rivales y árbitros. Padres y entrenadores también reconocen avances: menos conflictos en la grada y más empatía hacia quienes dirigen los partidos. “Se nota la evolución, hay más respeto y conciencia”, afirma Miguel Fernández, uno de los tantos jugadores de la academia.

No obstante, Save Football no olvida a los árbitros, incorporándolos en su formación para fortalecer la empatía y la gestión de personas. El propósito está a la vista: los niños que hoy crecen bajo este sello serán los jugadores, entrenadores y padres del futuro. Y si se siembra con valores y se riega con educación, florecerá una sociedad mejor.