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La causa de las manifestaciones es la detención y posterior encarcelamiento del ex presidente Jacob Zuma.

Días de angustia se viven en Sudáfrica, donde hasta la jornada de este miércoles se contabilizaban 117 fallecidos y 2000 detenidos en la peor oleada de protestas desde el fin del régimen del apartheid. La causa de las manifestaciones es la detención y posterior encarcelamiento del ex presidente Jacob Zuma, quien cumplirá una sentencia de 15 meses en prisión por negarse a presentarse ante un juzgado que examinaba casos de corrupción durante su mandato.

En ciudades como Durban (este), la situación es crítica: cientos de comercios han sido saqueados y varias edificaciones han sido incendiadas. De igual manera, en las calles es frecuente ver a civiles portando armas de fuego y armas blancas.

Un reflejo del caos que se vive en la ciudad es el video viralizado en redes sociales en el cual se puede observar a una madre que se vio forzada a lanzar a su hijo desde la segunda planta de un edificio en llamas con el propósito de salvarlo.

Según reportan testigos y medios locales, grupos de personas fuertemente armadas se aglomeran frente a los establecimientos comerciales para ingresar violentamente en ellos y sustraer todos los bienes posibles. Si alguien intenta intervenir, atacan sin contemplación. De igual forma, en algunos vecindarios los habitantes también se han armado para evitar que los grupos violentos ingresen a sus espacios.

Todo esto ha despertado en los sudafricanos una sensación similar a la de una guerra civil. Una habitante de Durban (que prefirió mantener el anonimato) declaró a la BBC que la ciudad es, en estos momentos, semejante a una zona de guerra. “Estoy aterrada. Literalmente, parece que estuviésemos en una zona de guerra, con disparos, incendios y humo por todas partes en los últimos dos días”.

Debido a la gravedad de la situación, Ministro de Defensa pidió al ejecutivo sudafricano el despliegue de 25.000 soldados en todo el país para intentar controlar la violencia desbordada. Las tropas estarían destinadas principalmente a las dos provincias más afectadas: KwaZulu, en la que se encuentra Durban, y Gauteng, que incluye a Johannesburgo.

En palabras del propio presidente, Cyril Ramaphosa, si los actos vandálicos no son neutralizados rápidamente, es probable que “muy pronto exista una severa escasez de bienes básicos”. Sin embargo, para algunos, ya dicha predicción es una realidad: en ciertos sitios se comienza a respirar una relativa calma, pero el temor de nuevos enfrentamientos lleva a los dueños de establecimientos a pensar que el momento de reconstruir lo perdido aún está lejos.