El ente rector de la educación en Texas anunció el viernes pasado la aprobación de un nuevo plan de estudios basado en la Biblia para las escuelas primarias de todo el estado.
La iniciativa, llamada “Bluebonnet Learning”, estaría lista para implementarse a partir del verano de 2025 y modificaría los materiales didácticos relacionados con la enseñanza del inglés y otras áreas del lenguaje en las escuelas públicas, en niveles que van desde el jardín de infancia hasta el quinto grado.
Cabe destacar que, aunque los maestros pueden decidir si aplicar o no este nuevo currículo, el estado tiene planeado ofrecer un incentivo financiero de 60 dólares por estudiante para los distritos escolares participantes.
La medida no tardó en generar reacciones. Padres, maestros y agrupaciones civiles manifestaron su indignación y afirmaron que este plan incluso representa una violación a la constitución estadounidense, ya que aliena a los estudiantes y cercena los derechos de los maestros que profesen otras religiones.
“Bluebonnet ignora de manera evidente la libertad religiosa, algo que ha sido un elemento fundamental de nuestra nación desde su fundación. Los políticos que han censurado lo que nuestros estudiantes pueden o no leer, ahora quieren imponer la religión patrocinada por el estado en nuestras escuelas públicas”, expresó Caro Achar, coordinadora del capítulo de Texas de la Unión Estadounidenses por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés). “Hacemos un llamado a los distritos escolares para que rechacen este plan de estudios y para que hagan valer una educación pública que respete la diversidad religiosa y los derechos constitucionales de los estudiantes de Texas”, añadió.
La Asociación de Maestros del Estado de Texas expresó a través de un portavoz que “la implementación de este plan de estudios significa que los estudiante de las escuelas que lo adopten recibirán el equivalente a lecciones de escuela dominical cristiana en sus escuelas públicas, algo para lo que el sistema de educación pública no está destinado, ni debería proporcionar”.
“Aquellos estudiantes que profesen religiones distintas del cristianismo serán efectivamente discriminados”, agregó el portavoz.
Por su parte, Darcy Hirsh, miembro del Consejo Nacional de Mujeres Judías, la organización feminista judía más antigua del país, indicó en una entrevista con el diario británico The Guardian que estaba “devastada” debido a “la decisión tomada por la Junta Escolar de Texas de implementar un plan de estudios que se basa en la Biblia, o en una interpretación específica de la Biblia”.
“Para nosotros, como organización judía, la separación entre la Iglesia y el Estado es una prioridad, ya que es una de las bases de nuestra democracia”, acotó.