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El “Gypsy King” envió a la lona a Wilder con una escalofriante mano derecha en el round 11.

Tyson Fury y Deontay Wilder protagonizaron una épica batalla en el T-Mobile Arena en el marco de una de las trilogías más emocionantes de los últimos años en la categoría de los completos. En el combate se contabilizaron cinco caídas, dos de Fury y tres de Wilder, lo que mantuvo al borde de sus asientos a los 15.820 espectadores que fueron testigos de lo que para muchos fue una de las mejores peleas de peso pesado de la historia.

El “Gypsy King” envió a la lona a Wilder con una escalofriante mano derecha en el round 11, lo que forzó al réferi Russell Mora a detener la pelea en el minuto 1:10, otorgándole a Fury la victoria por nocaut técnico y un claro dominio en la trilogía que ambos boxeadores mantuvieron.

A pesar de su físico visualmente impecable, Wilder se vio debilitado por los golpes devastadores de Fury, quien además constantemente apoyó su enorme peso de casi 280 libras sobre el estadounidense.

A pesar de que luchaba por mantener el equilibrio en los últimos minutos, el de Alabama seguía siendo peligroso y en varias ocasiones aterrizó severos golpes que lograron hacerle daño al campeón.

“Fue una pelea difícil, y él [Wilder] subió al ring con verdadera determinación”, aseguró Fury, el campeón lineal de la categoría que logró retener el título y mejoró su récord a 31 victorias (22 por nocaut) y un empate. “Siempre he dicho que soy el mejor peso pesado del mundo, pero él es el segundo mejor”.

Esta última contienda ha sido, por mucho, la más emocionante de la serie. En la primera, Fury hizo gala de su boxeo superior, pero el “Bronze Bomber” lo envió a la lona en el último asalto con una imponente mano derecha que por poco logra noquearlo. No obstante, en el segundo enfrentamiento, Fury dominó a placer, haciendo que la esquina de Wilder arrojara la toalla en el séptimo round.

Sin embargo, esta vez, ambos recibieron y repartieron una gran cantidad de golpes de poder. Es posible que esto haya sido a causa del resentimiento mutuo que ambos peleadores mostraron en los últimos días, que incluso obligó a la suspensión del acostumbrado careo previo.

Al final del combate, Wilder aseguró haber dado lo mejor de sí, “pero no fue suficiente”.

“No sé bien qué sucedió. Estoy consciente de que él [Fury] hizo cosas durante su entrenamiento, y que no llegó a las 277 libras para ser un bailarín de ballet”, expresó. “Se apoyó sobre mí, intentó incomodarme y hacerme daño, y ciertamente lo logró”, añadió.