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Las corrientes de lava han avanzado lenta pero implacablemente hacia el oeste desde el pasado domingo.

Grandes chorros de lava al rojo vivo fueron visto este jueves en el cielo de la isla de La Palma, España, en medio de la impresionante erupción del volcán Cumbre Vieja, que ya ha dejado una importante estela de daños materiales a su paso. Asimismo, una enorme nube de cenizas tóxicas se encuentra desplazándose desde la cumbre hacia el continente, y los cultivos de banano (que son un elemento crucial de la economía local) se encuentran en serio peligro.

Las corrientes de lava, que se vuelven negras al exponerse al aire libre, han avanzado lenta pero implacablemente hacia el oeste desde el pasado domingo, disolviendo todo a su paso, desde casas, escuelas y algunas plantaciones.

Los campesinos ubicados en los alrededores de la ciudad de Todoque se apresuraron para intentar salvar la mayor cantidad posible de cultivos, llegando a llenar sus camiones con sacos de plátanos verdes, los cuales son una fuente esencial de sustento para muchos lugareños.

“Solo esperamos poder salvar todo lo que podamos”, expresó un granjero desde la ventana de su camión.

Cerca de un 15% de la los 140 millones de kilogramos de bananas producidos en La Palma podría estar en peligro si los cultivadores no pueden acceder a las plantaciones y cuidar de sus cosechas, explicó a la agencia Reuters Sergio Cáceres, miembro de la Asociación de Productores de Canarias (ASPROCAN).

“Por supuesto, la principal tragedia son las casas destruidas, muchas de las cuales pertenecían a productores o empleados de las plantaciones bananeras, pero también está la preocupación por sustento su sustento diario”, comentó Cáceres. “Algunas granjas ya han sido destruidas”.

Con más de 200 viviendas perdidas y miles de personas evacuadas y sin posibilidad de regresar a sus hogares, el gobierno regional de las Islas Canarias ha tomado la decisión de  que adquirir dos complejos habitacionales con un total de 73 propiedades para las personas que han perdido sus casas. De igual manera, los bancos españoles anunciaron que, de manera conjunta, ofrecerían viviendas desocupadas que poseen en Canarias como refugio para los afectados.

Según los expertos, la lava alcanzaría el Océano Atlántico a última hora del lunes, pero su descenso se ha ralentizado considerablemente, hasta alcanzar una velocidad de unos  4 metros por hora. También existe la posibilidad de que el flujo se detenga completamente antes de tocar las aguas.

Por otra parte, se espera que los vientos empujen a la nube de cenizas y gases hacia el noreste, cubriendo el archipiélago canario, y llegando hasta la península Ibérica y el Mediterráneo. Por tal razón, las autoridades locales han advertido a las personas que enjuaguen constantemente los alimentos y las prendas de vestir para evitar entrar en contacto con la ceniza tóxica.