
El gigante automotriz Volkswagen anunció que detendrá temporalmente la producción en dos de sus plantas en Alemania y recortará la jornada en otra como respuesta a la caída en la demanda de vehículos totalmente eléctricos. La compañía reveló que ha programado una pausa de una semana a mediados de octubre en la factoría de Dresde y en la planta de Zwickau, esta última dedicada a modelos eléctricos para Volkswagen, Audi y Cupra.
Además, la firma también planea reducir la semana laboral en un día en su planta de Osnabrück, en Baja Sajonia, y estudia cierres puntuales en la planta de Emden, donde se ensamblan los modelos ID.4 e ID.7. Asimismo, existe la posibilidad de añadir o cancelar turnos según la evolución de los pedidos en las próximas semanas.
Esta drástica decisión de Volkswagen, uno de los mayores fabricantes de automóviles del mundo, se interpreta como un duro revés para los objetivos europeos de acelerar la transición hacia la movilidad eléctrica durante la próxima década. En este sentido, este ajuste en las líneas de producción reflejaría, según la propia empresa, la necesidad de alinear la oferta con “la demanda real de los clientes para los modelos fabricados en cada instalación”.
Zwickau, una instalación que históricamente ha sido relevante para la producción automotriz alemana, completó su conversión a la producción de vehículos eléctricos en 2020, cerrando un capítulo de 116 años que incluyó la fabricación del legendario Trabant, vehículo emblema de la Alemania Oriental en tiempos de la Guerra Fría. Desde entonces, la planta ha sido una pieza clave en la estrategia eléctrica del grupo, aportando una proporción significativa de los coches eléctricos matriculados del consorcio.
El descenso en las ventas de eléctricos y el auge de los modelos híbridos han provocado movimientos similares en otros fabricantes europeos. Stellantis, por ejemplo, anunció pausas en varios centros productivos por motivos parecidos, mientras que Volkswagen confirmó que en algunos emplazamientos se añadirán turnos de fin de semana, como el de Wolfsburgo, para ajustar la capacidad a segmentos donde la demanda permanece sólida, como los vehículos con motor de combustión.
Cabe destacar que el despliegue de vehículos eléctricos aún presenta serios obstáculos, ya que los consumidores siguen mostrando reticencias por cuestiones como la autonomía y la infraestructura de carga, factores que afectan más a regiones del sur de Europa con menor despliegue de puntos de recarga. A nivel continental, los eléctricos representan una solo una pequeña fracción de las ventas totales de vehículos nuevos, mientras los híbridos ganan terreno.
