
Google DeepMind, en colaboración con historiadores de la Universidad de Nottingham en el Reino Unido, ha anunciado el lanzamiento de Eneas, un modelo de aprendizaje automático entrenado con casi 200.000 inscripciones de la Antigua Roma que abarcan más de 16 millones de caracteres.
Según la doctora Thea Sommerschield, responsable del proyecto, el principal objetivo de Eneas es ayudar a los expertos a “interpretar, atribuir y restaurar textos en latín que están fragmentados”. En este sentido, el software, por ejemplo, tiene la capacidad de sugerir posibles términos para completar las secciones que el paso del tiempo ha dejado ilegibles.
El sistema aprovecha algoritmos de procesamiento de lenguaje natural para identificar conexiones históricas más profundas que la simple similitud léxica. Gracias a esto, consigue emparejar fragmentos con inscripciones similares halladas en textos que van desde el siglo VII a.C. hasta el VIII d.C.
Una de las capacidades más sorprendentes de Eneas es que puede asignar cada inscripción a una de las 62 provincias del imperio romano y estimar su fecha con un margen de error de apenas 13 años. De esta forma, se facilita enormemente el trabajo de arqueólogos y filólogos a la hora de situar los textos en su contexto geográfico y temporal.
En las pruebas preliminares, Eneas analizó la Res Gestae Divi Augusti, el texto conmemorativo del emperador Augusto (63 a.C. – 19 d.C.), y propuso dos posibles ventanas cronológicas acordes con el debate académico: la primera década antes de Cristo o el periodo entre el año 10 y el 20 después de Cristo.
En otro ensayo, la plataforma examinó un altar votivo procedente de Mogontiacum (actual Maguncia, Alemania) y detectó, mediante ciertas características lingüísticas, la influencia de un monumento anterior de la misma región, un hallazgo que, en palabras de Sommerschield, “dejó a todos boquiabiertos” por su atención a los detalles.
Según datos publicados en la revista Nature, 23 historiadores emplearon Eneas para estudiar inscripciones latinas y confirmaron que sus resultados fueron útiles en más del 90% de los casos, resaltando su capacidad para brindar contexto adicional.
Al respecto, Mary Beard, profesora de la Universidad de Cambridge, calificó el software como “prometedor”, mientras que el profesor Jonathan Prag, de la Universidad de Oxford, señaló que la herramienta abre la posibilidad de que más personas puedan revisar todas las inscripciones existentes y reinterpretarlas.
“Sin una herramienta, la única manera de hacer esto es teniendo un vasto conocimiento, o una gigantesca biblioteca”, explicó. “Pero, hay que saber utilizarla de forma crítica”, añadió.
