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Amazon despidió a más de 150 conductores sindicalizados en Queens, Nueva York, quienes prestaban servicios para Cornucopia, uno de los más de 3 000 proveedores de entrega tercerizados que la compañía utiliza a nivel mundial. Los trabajadores, representados por el sindicato Teamsters, fueron notificados de su despido mientras protestaban en la terminal DBK4 ubicada en el barrio de College Point, acusando a la empresa de actuar en represalia por su afiliación sindical.

Según la versión de los conductores, Amazon decidió rescindir el contrato con Cornucopia tras la elección sindical celebrada a inicios de año. La firma tecnológica, sin embargo, ha defendido que los cambios responden a una revisión operativa del programa de Proveedores de Servicios de Entrega (DSP), cuyo objetivo es optimizar la gestión de rutas y garantizar entregas más rápidas. Para la empresa, los conductores de estos contratistas no forman parte de su plantilla directa, a pesar de que asumen la responsabilidad de la última milla en la entrega de paquetes.

Este episodio se suma a un fallo reciente de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) en Los Ángeles, donde se determinó que Amazon incurrió en prácticas laborales injustas tras terminar su relación con Battle-Tested Strategies (BTS), otro DSP cuyos empleados también se habían sindicalizado. La autoridad laboral concluyó que, si bien la rescisión del contrato no equivalió a una represalia directa, tanto Amazon como el proveedor incumplieron su obligación de negociar las consecuencias del cese de la relación comercial. En ese caso, la NLRB reconoció la condición de coempleador de Amazon sobre los conductores, decisión que la empresa ha recurrido ante instancias judiciales.

En diciembre pasado, los Teamsters organizaron una huelga en ocho centros logísticos de Amazon, exigiendo avances en las negociaciones de salarios y condiciones laborales. Este movimiento reflejó una escalada en la confrontación entre el gigante del comercio electrónico y los trabajadores organizados, que buscan ampliar derechos más allá de la plantilla convencional e incluir a los empleados de sus contratistas.

La disputa también se enmarca en un conflicto de mayor envergadura sobre la composición de la NLRB. En septiembre, Amazon se sumó a otras empresas para impugnar la constitucionalidad de la Junta, cuestionando la imposibilidad de que sus miembros sean destituidos por el presidente de los Estados Unidos. La Corte Suprema suspendió la remoción de una integrante de la NLRB, dejando el organismo sin quórum para resolver nuevos casos laborales.

La falta de decisiones pendientes puede prolongar la incertidumbre legal en torno a las prácticas de empleo indirecto de Amazon. Mientras tanto, los conductores de Queens mantienen su exigencia de ser recontratados y de obtener compensaciones por el tiempo sin trabajo, y los Teamsters promueven una campaña para visibilizar el alcance del programa DSP y la necesidad de regulaciones que garanticen derechos colectivos a todos los repartidores.

El conflicto en Nueva York podría marcar un punto de inflexión en el debate sobre la responsabilidad social de las plataformas digitales y su forma de tercerizar servicios esenciales. Expertos en derecho laboral advierten que la resolución de este caso podría sentar un precedente para definir los límites de la coempleabilidad y el alcance de la protección sindical en la economía de plataformas.