Baku
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Como parte de las iniciativas para la próxima cumbre climática Cop29 que se celebrará en Azerbaiyán, el gobierno de este país ha propuesto la creación de un fondo de inversión para que los países y empresas productores de combustibles fósiles ayuden a los países pobres a paliar los efectos del cambio climático.

El Fondo de Acción para el Financiamiento Climático recibiría las contribuciones de los grandes productores y consumidores de combustibles fósiles y utilizaría estos recursos para invertir en proyectos en todo el mundo destinados a reducir las emisiones y a fortalecer la resistencia al impacto del clima extremo.

De acuerdo con Yalchin Rafiyev, principal negociador de la Cop29, “los métodos de financiación tradicionales han sido ineficaces para resolver de la crisis climática, por lo que hemos decidido adoptar un enfoque diferente. Este nuevo fondo recibirá capital de países y empresas de combustibles fósiles, y catalizará al sector privado. Cualquier país en desarrollo será elegible para recibir dinero del fondo”.

No obstante, la principal crítica que ha recibido esta iniciativa consiste en que las contribuciones serían voluntarias, y no existe un mecanismo claro para forzar a los grandes contaminadores y emisores de gases de efecto invernadero a contribuir.

“Los contaminadores deberían pagar por sus crímenes en una escala de billones de dólares, no con un fondo voluntario que podría otorgar a las petroleras gran poder de decisión. Los poderosos intereses de los combustibles fósiles han socavado sistemáticamente las soluciones climáticas y no deberían tener cabida en la mesa de negociaciones”, afirma Browen Tucker, activista del colectivo Oil Change.

Sin embargo, la creación del fondo representa solo un primer intento por parte de la ONU para vincular a los países e industrias productores de combustibles fósiles con la responsabilidad de ayudar a las naciones en vías de desarrollo, las cuales sufren los peores efectos de la crisis climática.

En este sentido, Azerbaiyán se ha propuesto como objetivo recaudar al menos mil millones de dólares de al menos 10 países y grandes empresas para capitalizar el fondo. Se prevé que la sede del organismo esté en Bakú, la capital del país, y su supervisión estaría a cargo de representantes de los contribuyentes.

De igual forma, se espera que cualquier beneficio generado por el fondo, como las ganancias de los proyectos de energía renovable, sean reinvertidos en el fondo, por lo que no habría oportunidad de que los inversores del sector privado y los gobiernos obtengan beneficios.

Cabe destacar que Azerbaiyán aún no ha ofrecido detalles sobre su propia contribución al fondo, aunque sí se ha comprometido a contribuir. Hasta ahora, ningún otro país se ha adscrito a esta iniciativa.