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Esta situación ha forzado a comerciantes y turistas a cancelar diversas actividades.

La isla de Mykonos, famosa por su ambiente festivo en épocas veraniegas, ahora luce desolada. El gobierno griego ha decidido implementar nuevas medidas de aislamiento para contener los brotes de COVID-19, que la semana pasada alcanzaron un nuevo récord nacional al contabilizar 3.911 casos el día miércoles.

Esta situación ha forzado a comerciantes y turistas a cancelar diversas actividades, generando decepción y frustración en ambos grupos. Es importante resaltar que la industria del turismo representa una quinta parte de la economía helénica, por lo que las restricciones han causado un impacto devastador.

Mykonos es uno de los destinos más populares del país mediterráneo, y cada año atrae a millones de visitantes, incluyendo estrellas del cine o la música, así como empresarios y atletas. Gracias a su privilegiada ubicación y a sus numerosos lugares de esparcimiento, la isla es mundialmente conocida por su vida nocturna. Sin embargo, este año, las cosas parecen ser diferentes.

“Ellos [el gobierno griego] han decidido destruir la economía de la isla en el momento más crítico del año”, declaró un empresario local dueño de varios establecimientos a la agencia de noticias Reuters. “Esperamos que cambien de parecer lo más pronto posible”, expresó.

Por su parte, el alcalde de la isla, Konstantinos Koukas, aseguró, a través de su cuenta oficial en la red social Facebook, que las medidas implementadas por Atenas son injustas y que deben ser revertidas “inmediatamente”.

“Desde el inicio de la pandemia hemos afirmado que la prioridad número uno es la protección de la salud pública, y hemos sido consecuentes con ello. Colaboramos con las autoridades competentes y suministramos los medios de protección necesarios”, señaló Koukas. “Ciertamente, es un hecho que en los últimos días ha habido un incremento de casos de COVID-19, en especial entre la población joven, pero existen otros parámetros que deben ser tomados en cuenta, como cuántas pruebas se han realizado en nuestra isla a personas que no residen en ella, sino que son visitantes que han pasado a través de nuestro aeropuerto”, añadió.

Empero, la decisión tomada por el gobierno central parece firme. A tempranas horas del domingo, era posible ver calles desiertas y establecimientos cerrados.

“He perdido mi tiempo y mi dinero; me tomé unos días libres de mi trabajo para nada”, dijo una turista saudí a Reuters. “Es mi cumpleaños. Vine aquí para celebrar, pero no hay música; por lo tanto, no hay celebración. Por favor, devuélvannos la música”, comentó un hombre proveniente de España.