Nvidia
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Nvidia anunció un plan de inversión de 5.000 millones de dólares en Intel y una alianza estratégica para desarrollar productos conjuntos, en una operación que busca reforzar la capacidad de ambas empresas en centros de datos y ordenadores personales en plena carrera por la computación impulsada por la inteligencia artificial. La compra de acciones ordinarias de Intel prevista por Nvidia, a 23,28 dólares por título y sujeta a aprobaciones regulatorias, llegó tras la confirmación de que el gobierno estadounidense había adquirido un 10% de Intel, movimiento estatal que subrayó la inyección de interés público en la capacidad industrial del sector de semiconductores.

La reacción del mercado fue contundente: las acciones de Intel se dispararon casi un 23% en la sesión posterior al cierre, marcando la mayor subida porcentual diaria de la compañía desde 1987, mientras que Nvidia avanzó más del 3% y reforzó su capitalización en torno a los 4 billones de dólares. La operación materializa una colaboración que combina las fortalezas de ambas empresas, con Intel encargándose de fabricar chips personalizados para plataformas de inteligencia artificial de Nvidia y también desarrollando procesadores integrados con tecnología de la compañía de GPUs para productos de PC.

El acuerdo ofrece un respiro a Intel, que enfrentó una caída prolongada tras perder el pulso en la transición hacia la computación móvil y, más recientemente, sufrir pérdidas multimillonarias en medio del auge de la IA que ha impulsado a rivales centrados en unidades de procesamiento gráfico. La empresa reportó pérdidas cercanas a 19.000 millones de dólares el año pasado y pérdidas adicionales en el primer semestre de este año, además de anunciar planes para recortar hasta una cuarta parte de su plantilla antes de finales de 2025.

Para Nvidia, la inversión en Intel refuerza su estrategia de consolidación del ecosistema tecnológico necesario para la próxima era computacional, garantizando una mayor integración entre CPUs x86 y la pila de aceleración de IA que ha convertido a sus chips en la columna vertebral de los grandes centros de datos. La colaboración incluye trabajos en ingeniería conjunta para conectar arquitecturas y optimizar plataformas de datacenter, además de integración en productos de consumo y profesionales.

La inyección de capital de Nvidia se suma a otros movimientos recientes hacia Intel, incluido un aporte de 2.000 millones de dólares de SoftBank en agosto, lo que refleja un interés global por preservar y reforzar la capacidad de fabricación de semiconductores en Estados Unidos. Analistas del sector consideran que la inversión de Nvidia puede validar su posición dominante y, al mismo tiempo, otorgar a Intel la palanca necesaria para recuperar competitividad en la economía de la inteligencia artificial, donde la demanda de infraestructuras especializadas se proyecta en crecimiento sostenido durante la próxima década.