
Esta acción forma parte de una investigación federal dirigida a esclarecer las acusaciones que señalan a Trump de haber retirado documentos clasificados de la Casa Blanca.
Funcionarios federales llevaron a cabo este lunes una operación de allanamiento en la mansión de Mar-a-Lago, propiedad del expresidente Donald Trump, en Palm Beach, Florida. Esta acción forma parte de una investigación federal dirigida a esclarecer las acusaciones que señalan a Trump de haber retirado documentos clasificados de la Casa Blanca cuando dejó el cargo.
El magnate evitó emitir comentarios acerca de la razón por la que los agentes habrían ingresado a la residencia, pero, mediante un comunicado de prensa, aseguró que “esta redada sin previo aviso no es necesaria ni apropiada”.
El exmandatario está bajo la lupa del Departamento de Justicia por presuntamente retirar clandestinamente registros oficiales de la Casa Blanca para depositarlos en Mar-a-Lago, algo que podría representar una infracción grave de la ley si se trata de archivos clasificados. Trump ha manifestado su protesta contra esta investigación, alegando que estaba en su derecho de retirar dichos documentos si lo juzgaba conveniente.
No obstante, Trump no solo está en la mira del Departamento de Justicia, sino también del Servicio de Impuestos Internos y de otras agencias federales y estatales por presuntas irregularidades durante su gestión presidencial, en especial algunas relacionadas con sus diversas entidades comerciales.
Según Eric Trump, hijo del expresidente, el allanamiento forma parte de una “persecución política contra Donald J. Trump”. “No pueden soportar que los ciudadanos estadounidenses lo amen”, expresó en una entrevista con la cadena Fox News.
Por otro lado, de acuerdo con Matthew Dallek, famoso historiador presidencial, “la idea de que el FBI o cualquier otra agencia de justicia haya allanado la casa de un expresidente es sorprendente; es un hecho sin precedentes. Incluso si hablamos de una persona como Trump”.
“Para que el FBI o cualquier otra agencia federal haya decidido realizar tal acción, es de suponer que existe una investigación criminal muy concreta detrás”, explicó Dallek en una entrevista con USA TODAY. “El FBI por lo general se dedica a allanar las casas de criminales y mafiosos de alto calibre. Ahora, que esto se haga en la morada de un expresidente es, sin duda, una imagen icónica”.
Según fuentes extraoficiales relacionadas con el caso, el FBI habría notificado al Servicio Secreto de la acción policial, afirmando que tenían una orden de allanamiento de propiedad. También se pudo conocer que el Servicio Secreto habría facilitado la entrada del FBI a la propiedad, pero se abstuvo de participar en la búsqueda. Estas fuentes también enfatizaron que la operación no se puede calificar como redada, puesto que los funcionarios del Servicio Secreto fueron notificados antes de la llegada del FBI.
