DNA Testing
Credit: Unsplash

Un nuevo estudio sobre las víctimas de la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. ha revelado sorprendentes hallazgos que desafían las creencias históricas sobre la identidad de los individuos atrapados en la tragedia de Pompeya. Investigadores de Italia, Alemania y Estados Unidos han analizado el ADN de restos óseos de moldes de yeso, descubriendo que la figura conocida como la “madre” de una familia de cuatro personas es, en realidad, un hombre.

La erupción del Vesubio sepultó Pompeya bajo ceniza y piedra pómez, preservando la escena de la tragedia. Durante años, los arqueólogos han interpretado los moldes de yeso como representaciones de una madre y su hijo, basándose en la posición de los cuerpos y en las joyas encontradas. Sin embargo, el análisis reciente, publicado en la revista Current Biology, ha puesto en tela de juicio estas suposiciones.

Los científicos extrajeron ADN nuclear y mitocondrial de fragmentos óseos de 14 moldes, centrándose en cinco de ellos. Entre estos, se encontraban tres de los cuatro individuos hallados bajo una escalera en la Casa del Brazalete Dorado. El análisis reveló que el adulto que llevaba un brazalete, considerado anteriormente como la madre, era un hombre con cabello y piel oscuros. Además, no se encontró evidencia de parentesco con los dos bebés, que resultaron ser varones. Los datos sugieren que los ancestros de estas víctimas provenían de diversas poblaciones del este del Mediterráneo o del norte de África.

El estudio también examinó a dos víctimas encontradas abrazadas en la Casa del Criptopórtico. Aunque se había especulado que podrían ser madre e hija, el análisis descartó esta teoría, revelando que una de ellas era un hombre y que no estaban emparentados por línea femenina. Los investigadores señalaron que estos hallazgos desafían las interpretaciones tradicionales que asocian joyas con la feminidad y la cercanía física con relaciones biológicas.

Andrew Wallace-Hadrill, profesor de la Universidad de Cambridge, destacó el potencial del estudio del ADN en Pompeya para revolucionar las interpretaciones históricas. “Es inevitable que este tipo de nuevas pruebas pongan patas arriba algunas interpretaciones antiguas”, afirmó. Además, sugirió que la diversidad genética encontrada podría reflejar la movilidad humana en el Mediterráneo durante el período romano.

Phil Perkins, profesor de arqueología, agregó que el análisis sugiere que las víctimas podrían haber sido migrantes a Italia, lo que proporciona una nueva perspectiva sobre la vida en Pompeya. “La gente de Pompeya no eran solo romanos de la ciudad de Roma, sino personas del Mediterráneo”, concluyó.

Estos descubrimientos no solo enriquecen nuestra comprensión de la tragedia de Pompeya, sino que también abren nuevas vías para investigar la historia social y cultural de la antigua Roma.