Brain scan
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Una investigación realizada por científicos estadounidenses ha arrojado datos concluyentes que demuestran la existencia de ciertas anomalías en el cerebro y el sistema inmunológico de pacientes en personas que padecen de encefalomielitis miálgica (EM), conocida también como síndrome de fatiga crónica (SFC).

Gracias a esta investigación, los expertos esperan conocer un poco más sobre las bases biológicas de este padecimiento, ya que es el primer estudio que ha logrado demostrar un vínculo entre los desequilibrios en la actividad cerebral y la sensación de fatiga, lo que a su vez podría originarse en disfuncionalidades del sistema inmunológico.

“Los síntomas de las personas con EM son reales y muy incapacitantes, pero descubrir su origen biológico ha sido extremadamente difícil”, expresó Walter Koroshetz, director del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos (NINDS, por sus siglas en inglés). “Este estudio encontró en un pequeño grupo de personas conjunto de factores que podrían incidir en su EM”, añadió.

Cabe destacar que en el experimento participaron 17 pacientes, por lo que se deberá aplicar el mismo procedimiento en grupos más grandes antes de ser considerado como un método para lograr nuevos tratamientos. Asimismo, debido a que el muestreo se realizó en tiempos de pandemia, se deberá descartar también que los resultados se hayan visto afectados por el llamado COVID prolongado.

No obstante, la comunidad científica ha resaltado que, por primera vez, se realiza un estudio profundo de la biología detrás de la EM, algo que se esperaba desde hace varios años.

Karl Morten, del hospital John Radcliffe de la Universidad de Oxford, ha enfatizado la importancia de estos hallazgos, asegurando que, a lo largo del tiempo, “hemos realizado muchos estudios que muestran que podría existir un problema con determinadas células, pero nunca antes se había analizado todo en un paciente”.

Mediante un análisis de imágenes por resonancia magnética funcional, los médicos pudieron detectar que algunas personas tenían una menor actividad en la unión temporal-parietal del cerebro, lo que podría generar fatiga debido a una alteración en la forma en la que el cerebro realiza un esfuerzo. También hubo una actividad anormalmente intensa en la corteza motora, que se encarga de manejar los movimientos del cuerpo.

Todo esto señala que la EM podría tener sus raíces en una disfunción de las regiones del cerebro relacionadas con la corteza motora y que los cambios en dichas regiones podrían alterar la tolerancia de los pacientes al esfuerzo y a la sensación de fatiga.

De acuerdo con Brian Wallits, médico del NINDS autor principal del estudio, “más que agotamiento físico o falta de motivación, la fatiga originarse de un desacuerdo entre lo que alguien cree que puede hacer, y lo que efectivamente es capaz de hacer su cuerpo”.