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El gobierno de Israel y el grupo palestino Hamás han acordado un alto el fuego en Gaza, marcando un hito significativo en un conflicto que ha durado 15 meses y en el que han perdido la vida alrededor de 47.000 palestinos.

El acuerdo inició el domingo con la liberación de tres rehenes israelíes a cambio de 90 palestinos detenidos en cárceles israelíes. Asimismo, con el cese de hostilidades, han comenzado a ingresar cientos de camiones de ayuda a Gaza, donde la población de 2.3 millones de personas ha sufrido desplazamientos masivos debido al conflicto. Se estima que el 90% de los habitantes de la franja han sido desplazados, muchos de ellos en más de una ocasión.

Sin embargo, la implementación de este alto el fuego y el intercambio de prisioneros no han estado exentos de tensiones. Hubo un retraso de varias horas en el proceso, ocasionado por una disputa entre ambas partes, que evidenció la fragilidad del acuerdo. Durante este impasse, se reportó la muerte de al menos 13 palestinos en ataques israelíes.

Cabe destacar que este cese temporal de las hostilidades se produce justo un día antes de la ceremonia de investidura del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien había instado a poner fin a los bombardeos en Gaza. La liberación de los rehenes se llevó a cabo bajo la supervisión de la Cruz Roja.

Al llegar a Gaza, decenas de ciudadanos palestinos celebraron el inicio del alto el fuego, mientras otros se apresuraron a visitar a sus familiares y amigos en zonas de desplazamiento. El ingreso de la ayuda comenzó casi inmediatamente después del acuerdo, con el jefe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, Jonathan Whittall, confirmando que el ingreso de los suministros se estaba realizando de manera paulatina.

No obstante, a pesar de la tregua, las tensiones políticas en Israel se han elevado. El primer ministro Benjamin Netanyahu ahora se enfrenta a una creciente oposición dentro de su coalición, especialmente del partido de extrema derecha liderado por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, quien ha amenazado con abandonar el gobierno en protesta por el alto el fuego.

El armisticio, aunque celebrado por muchos, también se ha visto empañado por desconfianzas mutuas, especialmente desde el bando palestino. En este sentido, Hamás ha solicitado la intervención de mediadores internacionales con el fin de asegurar que Israel cumpla con el acuerdo, advirtiendo que cualquier violación podría poner en peligro todo el proceso.