
Un nuevo estudio realizado en Suecia ha descubierto que el uso de medicamentos para el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tiene un efecto notable en la reducción de conductas suicidas, abuso de sustancias, accidentes de tráfico y delitos.
El ensayo incluyó a 145.800 personas diagnosticadas con este trastorno entre 2007 y 2020, hallando que estos medicamentos “no solo controlan la inatención, sino que previenen riesgos graves”, según el profesor Samuele Cortese, de la Universidad de Southampton en Inglaterra y miembro del equipo que condujo el experimento.
El estudio, coordinado por el doctor Zheng Chang del Instituto Karolinska de Estocolmo, examinó registros médicos de personas entre seis y 64 años, de los cuales el 57 % inició tratamiento, mayoritariamente con metilfenidato.
Para replicar la robustez de un ensayo clínico, los investigadores emplearon la emulación de ensayo. Aplicaron criterios rigurosos de inclusión, plazos definidos y modelos estadísticos que ajustaron por edad, sexo, nivel educativo y antecedentes psiquiátricos. De este modo, compensaron la falta de asignación aleatoria.
Gracias a esta rigurosidad científica, los expertos hallaron que la medicación se asociaba con una caída del 17 % en las conductas suicidas, del 15 % en el abuso de sustancias, del 12 % en accidentes de tráfico y del 13 % en delitos de nueva ocurrencia; mientras que en casos recurrentes todas las categorías presentaron reducciones significativas.
Se estima que el TDAH afecta al 5 % de niños y al 2.5 % de adultos a nivel mundial y se vincula a mayores tasas de problemas de salud mental y problemas con la justicia. En países como el Reino Unido, el diagnóstico de personas con TDAH se incrementó en un 18 % interanual desde la pandemia, posiblemente como consecuencia de los cambios en las relaciones sociales que las medidas sanitarias trajeron consigo.
“Cuando los médicos valoran el uso de fármacos para el TDAH, usualmente se enfocan en la mejora de la atención y omiten riesgos de la no intervención”, explicó Cortese. “Sin embargo, nuestro estudio demuestra que el tratamiento farmacológico puede reducir riesgos graves en diversas áreas”, añadió.
Por su parte, Chang advierte que, aunque “el método de emulación de ensayo clínico es actualmente una de las técnicas más rigurosas para datos observacionales”, todavía “carece de aleatorización real”. Por tal razón, los autores recomiendan ensayos controlados futuros que confirmen estas conclusiones.
Entretanto, el profesor Adam Guastella, de la Universidad de Sídney, opina que, a pesar de la necesidad de realizar mayores pruebas, “estos datos incrementan la confianza en los beneficios del tratamiento farmacológico para el TDAH en diversos aspectos de la vida”.