
La UEFA se prepara para tomar una decisión histórica el próximo 11 de septiembre en Tirana, donde su comité ejecutivo debatirá la solicitud de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para celebrar un partido de La Liga entre el Villarreal y el FC Barcelona en Miami, previsto para diciembre. De aprobarse, sería la primera vez que una liga nacional europea disputa un encuentro oficial fuera de su territorio.
La propuesta, impulsada inicialmente por LaLiga y posteriormente respaldada por la RFEF, ha ganado terreno tras un acuerdo legal entre la promotora estadounidense Relevent Sports y la FIFA en abril de 2024. Este pacto debilitó los argumentos jurídicos que impedían la celebración de partidos de liga en el extranjero, eliminando una barrera clave para la viabilidad del proyecto.
Aunque la aprobación de la UEFA sería un paso decisivo, el plan aún requiere el visto bueno de la FIFA, la Federación Estadounidense de Fútbol y la Concacaf. Dentro del organismo europeo existe consenso sobre la dificultad de rechazar la propuesta sin modificar sus estatutos, lo que ha generado un impulso significativo hacia su aceptación.
En caso de que la UEFA no bloquee la iniciativa, se abriría la puerta a negociaciones sobre posibles restricciones, como limitar el número de partidos que podrían disputarse fuera de Europa. Una de las opciones que se barajan es permitir hasta dos encuentros por temporada entre los mismos equipos, con el objetivo de equilibrar las condiciones de localía.
Las conversaciones entre las partes interesadas han tenido lugar en eventos recientes, como los sorteos de competiciones de clubes celebrados en Montecarlo. Relevent Sports, designado como socio global de marketing y ventas de la UEFA para el período 2027–2033, ha tenido una presencia destacada en estos encuentros, reforzando su papel en la promoción del partido en el Hard Rock Stadium de Miami.
Sin embargo, la propuesta ha generado incomodidad en los círculos de poder del fútbol europeo. Aunque algunos dirigentes han expresado su desacuerdo, reconocen que los recursos legales para impedir el encuentro son limitados. Paralelamente, la Federación Italiana de Fútbol ha aprobado un partido entre el Milán y el Como en Perth, Australia, previsto para febrero, lo que añade presión sobre la UEFA para definir su postura ante este tipo de iniciativas.
La reacción institucional no se ha hecho esperar. El comisario europeo de deporte, Glenn Micallef, manifestó su rechazo en redes sociales, calificando la propuesta como una amenaza al modelo deportivo europeo y una prueba de gobernanza comparable al desafío que representó la Superliga.
