Foto: Unsplash

La organización publicó su primera lista de hongos patógenos prioritarios.

Una serie de hongos potencialmente peligrosos para la salud humana se está extendiendo por todo el globo debido principalmente al cambio climático, causando un aumento de las enfermedades de origen fúngico durante la pandemia de COVID-19, afirman los autores de un informe recién publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El martes, la organización publicó su primera lista de hongos patógenos prioritarios, catalogando 19 organismos que los expertos identificaron como amenazas importantes para la salud pública.

“Hoy en día, las investigaciones relacionadas con las infecciones fúngicas reciben menos del 1.5 % del presupuesto para el estudio de enfermedades infecciosas”, asegura el informe, mientras que “la mayor parte de los protocolos de tratamientos se cimentan sobre pruebas limitadas y opiniones de expertos”.

El Dr. Hanan Balkhy, encargado de la sección de resistencia a los antimicrobianos de la OMS, resaltó que, en los meses posteriores a la pandemia se ha podido evidenciar que “las enfermedades fúngicas invasivas se están volviendo cada vez más resistentes a los tratamientos, lo que las convierte en un importante problema de salud pública a nivel mundial”.

Por su parte, el Dr. Justin Beardsley, del Instituto de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Sydney, señaló que las patologías causadas por hongos “están causando tantas muertes como la tuberculosis y más que la malaria”.

De los 19 hongos incluidos en el trabajo de la OMS, cuatro fueron identificados como de prioridad “crítica”. Estos incluyeron el Aspergillus fumigatus y la Candida albicans, los dos patógenos fúngicos más comunes en el mundo, así como el Cryptococcus neoformans, que es una de las principales causas de muerte en personas con VIH.

El Aspergillus fumigatus produce importantes afectaciones en los pulmones, mientras que la Candida albicans es la causa más común de la candidiasis bucal. Ambos registran altas tasas de mortalidad en pacientes vulnerables, como las personas inmunodeprimidas.

Los expertos aún se encuentran estudiando la correlación entre el aumento de infecciones fúngicas y la pandemia de COVID-19. “Repentinamente, comenzamos a ver pacientes ingresando con daño pulmonar severo, que ingresaban a cuidados intensivos, y que tuvieron que ser tratados con medicamentos inmunosupresores, por lo que vimos que también creció el número de infecciones por hongos”, explicó Beardsley.

“De hecho, el Aspergillus fumigatus causa una enfermedad que hemos llamado aspergilosis pulmonar asociada al COVID”, agregó.

Por otro lado, el cuarto patógeno de prioridad crítica, Candida auris, fue descubierto por primera vez en humanos en 2009 y muestra una resistencia alta a la mayoría de los antimicóticos.

“Literalmente apareció en todo el mundo al mismo tiempo, y todavía estamos tratando de averiguar por qué y cómo”, añadió Beardsley.