El aumento del índice de precios al consumidor en Alemania alcanzó este mes un sorprendente 7.6%.
El aumento del índice de precios al consumidor en Alemania alcanzó este mes un sorprendente 7.6% en comparación con marzo de 2021, de acuerdo con las estimaciones preliminares de la agencia estadística alemana Destatis, basadas en el método Eurostat. En opinión de los expertos, la operación militar de Rusia en Ucrania no hizo más que avivar el fuego que había comenzado a principios de este año.
“Desde que comenzó el ataque militar de Rusia a Ucrania, los precios del gas natural y los derivados del petróleo han vuelto a aumentar notablemente y han tenido un impacto considerable en la alta tasa de inflación”, expresaron fuentes gubernamentales.
Estas cifras representan un máximo histórico desde la reunificación alemana en 1990, y es probable que añadan más presión sobre el Banco Central Europeo para aumentar las tasas de interés.
La preocupación por el suministro de hidrocarburos y los precios de la energía eléctrica también ha llevado a Alemania a recortar su pronóstico de crecimiento para 2022.
El panel de asesores económicos independientes del gobierno federal pronosticó que el producto interno bruto (PIB) de la nación europea aumentará solo un 1.8% este año, lo cual difiere significativamente de la predicción realizada en noviembre pasado por dicho panel, que vaticinaba un crecimiento de hasta un 4.6% para el presente año.
De esta forma, se podría echar al traste la esperanza de que la economía más grande de Europa comenzara su recuperación luego de dos años de confinamientos y restricciones a causa de la pandemia de coronavirus.
“Ya estábamos pasando por un mal momento gracias a la difusión de la variante Omicron del coronavirus, y ahora el panorama luce aún más sombrío”, expresó Monika Schnitzer, del Consejo Alemán de Expertos Económicos, en una entrevista con la cadena de televisión DW.
Si los suministros de energía provenientes de Rusia se detuvieran por completo, eso “pondría en peligro cualquier recuperación económica posterior al COVID”, agregó la experta.
Lo anterior es ratificado por el informe del panel de asesores del gobierno, que también recalca que la “alta dependencia de la energía rusa” representa un “riesgo considerable” para el crecimiento económico alemán.
“La fuerte dependencia de los suministros energéticos provenientes de Rusia implica un riesgo considerable de menor producción económica e incluso podría conllevar a una recesión con tasas de inflación notablemente más elevadas”, explica el escrito.
De igual manera, los expertos sugieren que “Alemania debería hacer todo lo posible de inmediato para tomar precauciones con respecto a la suspensión de las fuentes de energía rusas y terminar rápidamente con su dependencia de dichas fuentes”.
El grupo también puntualizó que “a largo plazo, el objetivo debe ser garantizar una mayor seguridad energética, por ejemplo, mediante la expansión de las energías renovables y la diversificación de las importaciones de energía”.