Donald Trump
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La relación entre el presidente estadounidense Donald Trump y el magnate Elon Musk, el empresario más rico del mundo, parece haber llegado a un abrupto final. Trump ha manifestado su descontento hacia Musk, a quien ha acusado de “perder la cabeza” tras un intercambio de fuertes acusaciones que ha escalado a niveles sorprendentes.

El enfrentamiento comenzó cuando Musk, quien había sido uno de los aliados más importantes de Trump durante su campaña presidencial y los primeros meses en la Casa Blanca, cuestionó las políticas presupuestarias del mandatario. En respuesta, Trump no dudó en expresar su desprecio hacia Musk, declarando en una comparecencia ante la prensa que no estaba “particularmente interesado” en limar asperezas.

En sus declaraciones, el presidente dejó claro que ya no considera a Musk como un “amigo cercano”, a pesar del apoyo financiero brindado por el multimillonario durante su campaña (algunos señalan que pudo alcanzar la cifra de 300 millones de dólares) y de haber ocupado la jefatura del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).

Uno de los aspectos más llamativos de esta disputa es la sugerencia de Musk de crear un nuevo partido político que “represente al 80% del electorado”, lo que podría revolucionar el panorama electoral en Estados Unidos, caracterizado por un sólido bipartidismo.

Por otro lado, en el ámbito de la exploración espacial, la situación también es delicada. La NASA ha llegado a depender significativamente de SpaceX, la compañía de Musk, para el transporte de astronautas hacia la Estación Espacial Internacional en los últimos años. Sin embargo, tras la escalada de tensiones, Musk comentó que estaba considerando desmantelar su nave espacial Dragon, aunque luego retrocedió en esa decisión.

Mientras tanto, la respuesta de Trump también ha sido amenazadora, sugiriendo que podría cancelar todos los contratos de Musk con el gobierno. Esta situación ha afectado a Musk de manera inmediata, registrando una drástica caída en su patrimonio neto, que se redujo en 33.000 millones de dólares en un solo día, y una caída del 14,2% en las acciones de Tesla.

El conflicto tiene sus raíces en la crítica de Musk hacia el “gran y hermoso proyecto de ley” fiscal impulsado por Trump, que prevé añadir hasta 2.4 billones de dólares a la deuda estadounidense. El empresario tachó la iniciativa como una “abominación asquerosa”, aseverando que su aprobación “incrementaría el techo de la deuda hasta los 5 billones de dólares”.

“Vergüenza para aquellos que votaron por esto; saben que lo hicieron mal”, añadió.