Antes de la invención de los frigoríficos eléctricos, los finlandeses cortaban bloques de hielo de ríos y lagos, los cubrían con serrín y los almacenaban en graneros para conservar alimentos durante el verano. Hoy, en un contexto de calentamiento global y inviernos cada vez más cortos, esta técnica tradicional, conocida como jään säilöminen, está siendo modernizada para ayudar a las estaciones de esquí de baja y media altitud en Europa.
Recientemente, la estación de esquí Alpe du Grand Serre en Francia anunció su cierre debido a la imposibilidad de adaptarse a un modelo de operación durante todo el año, resultado de una temporada invernal más corta. En Finlandia, el uso de serrín para preservar la nieve ha sido una práctica común, pero ahora se están introduciendo esteras de poliestireno extruido, un material que puede durar más de 20 años y que se utiliza en el aislamiento de viviendas.
Estas esteras han sido implementadas en estaciones de esquí finlandesas como Levi y Ruka, y este año, la empresa Snow Secure ha comenzado a ofrecer su tecnología en el extranjero, incluyendo Tromsø Alpinpark en Noruega y Saas-Fee en Suiza. A partir del próximo año, se espera que se utilicen en Sierra Nevada en España, Tyrol Basin en Wisconsin y Ski Apache en Nuevo México.
El método consiste en recolectar nieve al final de la temporada para almacenarla y utilizarla al inicio de la siguiente. Marko Mustonen, director comercial de Levi, comenzó a reciclar nieve en 2016 para asegurar la apertura a tiempo para la Copa del Mundo de eslalon. Según Mustonen, el inicio del invierno se ha vuelto menos predecible, lo que hace que la recolección de nieve sea esencial.
La capacidad de garantizar la apertura de la estación permite a las empresas planificar mejor y a los turistas evitar decepciones. Antti Lauslahti, director general de Snow Secure, destaca que el cambio climático ha hecho que el inicio de la temporada sea muy incierto.
A pesar de que se espera que el clima más cálido en el norte de Finlandia genere más nieve, la variabilidad en la duración de la temporada y la calidad de la nieve representan desafíos significativos. Investigadores como Sirpa Rasmus y Kati Anttila advierten que los cambios en las condiciones de nieve ya están afectando los deportes de invierno, especialmente en el sur de Finlandia, donde la duración de la temporada de nieve ha disminuido drásticamente en los últimos años.
Con la creciente incertidumbre climática, la preservación del hielo se presenta como una solución viable para mantener la viabilidad de las estaciones de esquí en Europa.