Un renombrado científico canadiense afirmó recientemente que se le ha prohibido investigar una misteriosa enfermedad cerebral que afecta unas 200 personas en la provincia de Nuevo Brunswick, razón por la cual teme que estas personas sufran de deterioro neurológico permanente.
En una serie de correos filtrados a la prensa, Michael Coulthart, microbiólogo y director del Sistema Canadiense de Vigilancia de Enfermedades Creutzfeldt-Jakob, aseguró que “en mi opinión científica, está sucediendo algo real en Nuevo Brunswick que no puede explicarse por el sesgo o la agenda de un neurólogo individual”.
“Algunos casos podrían explicarse, pero es que ahora existen demasiados (más de 200)”, agregó.
Cabe destacar que la situación se tornó sospechosa cuando en 2022, las autoridades de Nuevo Brunswick ordenaron el cierre de la investigación de la enfermedad.
Tan solo un año antes, miembros del sistema sanitario de la provincia alertaron sobre una posible enfermedad neurológica desconocida que en ese momento afectaba a 40 residentes. El síndrome mostraba síntomas similares a los del trastorno cerebral degenerativo de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, como babear profusamente o la sensación de insectos arrastrándose sobre la piel.
No obstante, un comité de salud independiente local dictaminó que lo más probable es que este grupo de pacientes hubiese recibido un diagnóstico erróneo y que en realidad padecían dolencias conocidas como la demencia o el cáncer, con lo cual se puso fin a la pesquisa.
Pero, en la serie de correos electrónicos filtrados se evidencia que varios investigadores de la Agencia de Salud Pública de Canadá han manifestado su preocupación respecto a esta enfermedad aparentemente inexplicable que, además, parece afectar en gran medida a personas jóvenes.
En uno de los escritos, Coulthart reveló su hipótesis sobre “una exposición ambiental que está desencadenando o acelerando una variedad de síndromes neurodegenerativos en personas con alta susceptibilidad a enfermedades relacionadas con el plegamiento de proteínas, como el Parkinson o el Alzheimer”.
Esta opinión estaría soportada por el doctor Alier Marrero, neurólogo adscrito al Centro Hospitalario Georges L. Dumont de Moncton, quien fue uno de los pioneros en la atención de los extraños casos y que ha solicitado repetidamente al gobierno canadiense que lleve a cabo pruebas ambientales para determinar si una de las causas es la utilización de glifosato, uno de los herbicidas más comunes en el mundo, cuyos potenciales efectos dañinos a la salud humana han sido documentados desde hace varias décadas.
Entretanto, Coulthart expresó que, “la verdad llegará a su tiempo, pero por ahora lo único que podemos hacer es continuar recopilando información sobre casos catalogados como enfermedades priónicas sospechosas”.