Miles de manifestantes se concentraron el jueves en Buenos Aires para protestar contra un decreto de emergencia emitido por el recién electo presidente de Argentina, Javier Milei, que contempla una serie de medidas económicas controvertidas que han generado un profundo descontento en grandes sectores de la población.
Milei, un economista libertario radical que asumió hace quince días, prometió en su campaña electoral un cambio dramático en la golpeada economía argentina, que padece una de las tasas de inflación más altas del mundo y que ha visto a millones sumirse en la pobreza.
Mediante un mensaje televisado transmitido el miércoles por la noche, Milei, acompañado por 12 ministros y altos funcionarios, reveló el decreto que, según él, ayudará al país sudamericano a salir del “infierno económico” en el que se encuentra.
Entre las medidas aprobadas se incluyen la privatización de varias empresas estatales, la eliminación de algunos derechos laborales como la licencia de maternidad, la derogación de los límites a las exportaciones y la modificación de las leyes de alquiler y de propiedad de tierras.
“Hoy es un día histórico para nuestro país. Luego de décadas de fracasos, decadencia y empobrecimiento, hoy iniciamos formalmente el camino de la reconstrucción nacional”, expresó el mandatario.
Cabe destacar que, hace dos semanas, Milei decidió devaluar la moneda local, el peso, en más de un 50% con respecto al dólar estadounidense, y anunció la suspensión de todas las obras públicas, con el fin de dar “un cambio de dirección urgente para evitar el desastre”.
A pesar de que muchos de sus partidarios manifestaron su regocijo por estas decisiones, la oposición y miles de ciudadanos comunes y corrientes salieron a las calles y a los balcones para protestar, golpeando ollas y sartenes. En la mañana del jueves, una gran cantidad de personas se había aglomerado en la plaza frente al congreso, donde Milei se había juramentado pocos días antes.
“¡Se cree un emperador!”, afirmó Carola Gómez, una manifestante. “Ni siquiera en los tiempos de la dictadura militar habíamos vivido esto”, añadió.
Cabe destacar que estas demostraciones de calle han sido vigiladas de cerca por parte de la policía, que desplegó cientos de funcionarios por toda la ciudad de Buenos Aires después de que el gobierno nacional también aprobara medidas contra las protestas, como el recorte de los pagos de beneficios a aquellos que obstruyeran el tráfico vehicular.
Entretanto, Milei intentó restar importancia a los acontecimientos de los últimos días, alegando que los manifestantes parecían “sufrir el síndrome de Estocolmo”.
“Están enamorados de un modelo económico que los empobrece, pero no son la mayoría de los argentinos”, aseguró.