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De no llegar a un pacto satisfactorio, los precios del crudo podrían continuar elevándose sin control.

Los precios del petróleo rozaron los US$ 75 la última jornada, luego de que la OPEP y sus aliados fallaran en llegar a un acuerdo clave acerca de la política de producción a seguir, y en medio de una alta tensión entre Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.

La organización se reunirá de nuevo para continuar las negociaciones. De no llegar a un pacto satisfactorio, los precios del crudo podrían continuar elevándose sin control y amenazar seriamente la frágil recuperación económica post pandémica. Igualmente, existe el riesgo de una “guerra de precios”, aunque los expertos ven poco probable este escenario.

El conflicto se origina debido al rechazo de los Emiratos Árabes Unidos de un acuerdo que implicaría el incremento gradual de la producción, aunque manteniendo todavía ciertas políticas de recortes implementadas por la OPEP+ en 2020 en el marco de la pandemia de COVID-19, las cuales tendrían vigencia hasta abril de 2022.

De acuerdo con el ministro de energía emiratí, Suhail Al Mazrouei, la principal razón por la cual su país se muestra reticente a firmar el acuerdo es el estándar asignado para la producción. De acuerdo con el funcionario, dicho estándar no se corresponde con las capacidades productivas de su nación, dado que fue fijado con base en cifras del año 2018.

“Creemos que vincular un acuerdo a una referencia del año 2018, y por un período que se extiende hasta 2022, no es algo realista. Son cuatro años de diferencia. Es totalmente injusto”, expresó Al Mazrouei.

Es importante destacar que los Emiratos Árabes Unidos han invertido miles de millones de dólares en repotenciar sus capacidades productivas, pero los países solo serán capaces de renegociar sus estándares una vez culmine el acuerdo que ahora Arabia Saudita y Rusia buscan extender.

Cabe acotar que, según revelaron fuentes anónimas a la agencia Reuters, Arabia Saudita y Rusia (principales productores de crudo del mundo) habían decidido incrementar el suministro de crudo en 400.000 barriles diarios con el objetivo de cubrir la cada vez más creciente demanda causada por la reapertura económica del último semestre.

La situación se torna riesgosa, ya que un fallo catastrófico en las negociaciones continuaría impulsando los precios sin control, amenazando la creciente demanda energética a medida que más países reabren sus economías. En el peor de los casos, cada país decidiría fijar el precio del crudo a su conveniencia, comenzando así una “guerra de precios”. Empero, los analistas coindicen en que es muy poco probable que la OPEP y sus aliados permitan esto.