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La actriz estadounidense Scarlett Johansson anunció esta semana que iniciaría una serie de acciones legales contra una aplicación de inteligencia artificial, luego de que esta utilizara su nombre y su imagen para la realización de un anuncio publicitario sin su consentimiento.

La aplicación en cuestión, llamada Lisa AI: 90’s Yearbook & Avatar, tiene como propósito la generación de imágenes y avatares digitales y en un video publicitario de 22 segundos de duración, utilizó fotografías reales de la actriz para crear diálogos y una imagen de perfil falsos.

Los asesores legales de Johansson han indicado que su representada no tiene relación alguna con la empresa creadora de la aplicación, y que emprenderán acciones al respecto. “No nos tomaremos esto a la ligera. Abordaremos esta situación con todos los recursos legales que tengamos”, afirmó Kevin Yorn, uno de los abogados de la intérprete.

El video, que ya ha sido retirado de las redes sociales, mostraba a una supuesta Scarlett Johansson en el set de la película “Black Widow”, mientras decía: “Soy Scarlett y quiero que vengan conmigo”.  Posteriormente, una voz sorprendentemente parecida a la de la actriz continúa la promoción de la aplicación.

No obstante, hasta la fecha, varios productos relacionados con Lisa AI permanecen disponible en App Store y Google Play.

Esta no es la primera vez que la imagen de Johansson es utilizada sin su permiso. En 2018, la actriz habló con el diario estadounidense Washington Post sobre el uso de su imagen en “deepfakes” en los que su rostro fue añadido a videos pornográficos. “Nada puede impedir que alguien corte y pegue mi imagen o la de cualquier otra persona en un cuerpo diferente y la haga extremadamente realista”, dijo. “Básicamente, no hay reglas en Internet; es un abismo que permanece prácticamente sin ley”, agregó.

Asimismo, es preciso resaltar que Johansson no la única persona famosa en ser víctima del uso no autorizado de su nombre e imagen para la IA. El mes pasado, el también actor Tom Hanks publicó un mensaje en su cuenta de Instagram en el cual advertía a sus seguidores sobre un video promocional de una empresa de servicios odontológicos que hacía uso de una imagen suya generada por IA. “¡Tener cuidado! Yo no tengo nada que ver con eso”, escribió.

La polémica también se ha extendido hasta el mundo literario, con varios escritores demandando a OpenAI y a Meta por la infracción de derechos de autor, debido a que estas corporaciones han entrenado con varias obras a sus modelos de inteligencia artificial sin previo consentimiento de sus autores.