Moscow
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Al menos 137 personas han perdido la vida y más de 180 han resultado heridas como consecuencia de uno de los peores ataques terroristas en la historia de Rusia, cuando un grupo de hombres armados y ataviados con trajes de combate comenzó a disparar indiscriminadamente y a detonar explosivos en la sala de conciertos Crocus City Hall de Moscú.

Entre los fallecidos se cuentan tres niños, mientras las autoridades tratan de seguir identificando al resto de las víctimas mortales. El Ministerio de Salud también ha mencionado que, hasta ahora, 110 personas permanecen hospitalizadas, de las cuales 12 están en estado crítico.

Según algunos informes, los atacantes descendieron de un vehículo, ingresaron en el recinto y comenzaron a disparar a quemarropa.

“Eran hombres bien entrenados”, expresó un testigo en un canal de Telegram. “Al momento de entrar al edificio, el personal de seguridad y las personas que se encontraban en las puertas fueron asesinados. Posteriormente, bloquearon el acceso principal”, añadió.

“Estaban armados con fusiles Kalashnikov. Algunos de ellos llevaban mochilas, posiblemente con bombas molotov”, aseguró.

Pocos minutos después del incidente, el movimiento terrorista Estado Islámico se atribuyó la autoría del hecho mediante una publicación en Telegram, afirmando que sus militantes habían “causado una gran destrucción, hiriendo y matando a cientos antes de regresar de forma segura a las bases”.

No obstante, el domingo, las fuerzas de seguridad anunciaron la detención de 11 personas implicadas en el atentado, entre ellas cuatro de los autores materiales de la masacre. Se pudo conocer que todos los individuos son extranjeros.

Entretanto, el presidente Vladimir Putin advirtió que “todos los que están detrás del atentado serán castigados”, al tiempo que les auguró “un destino poco envidiable: el castigo y el olvido”. Según el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, el mandatario “está siendo informado” de todos los detalles del caso.

El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y expresidente del país, Dmitri Medvédev, fue mucho más enérgico en sus declaraciones, manifestando a través de sus redes sociales que “ningún juicio o investigación tendrá algún efecto si no contrarrestamos estas muertes con la ejecución total de los terroristas”.

“Todos ellos deben ser encontrados y destruidos sin piedad. Muerte por muerte”, sentenció el funcionario.

Por su parte, el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, declaró que todos los eventos masivos serán cancelados durante todo el fin de semana, y que todos los servicios públicos están aumentando sus medidas de seguridad.

En el ámbito internacional, las reacciones no se hicieron esperar. Figuras como el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, expresaron “solidaridad con el pueblo ruso, que lamenta la pérdida de vidas inocentes en este terrible suceso”; mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró su “firme condena al atentado terrorista reivindicado por el Estado Islámico en Moscú”.