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Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad del Sur de California (USC) ha demostrado que el uso de cannabis podría ser de ayuda para reducir o eliminar por completo el consumo de opioides en algunas personas.

El ensayo abordó a 30 personas que consumían opioides y otras drogas inyectadas. Estos individuos, que recibían servicios de una clínica de metadona y un programa de intercambio de jeringas en Los Ángeles, revelaron que el uso de cannabis era útil para ayudar a controlar su consumo de opioides, principalmente gracias a su fácil acceso.

Cabe destacar que los pacientes con un fuerte consumo de opioides con frecuencia experimentan dificultades para acceder a tratamientos comprobados, como la suboxona y la metadona, así como la naloxona, un fármaco que revierte los efectos de las sobredosis.

El estudio, publicado en la revista Drug and Alcohol Dependence Reports, fue financiado por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés), que comúnmente se enfoca en los peligros del consumo de cannabis en lugar de sus potenciales beneficios.

De acuerdo con Sid Ganesh, estudiante de doctorado de la Facultad de Medicina de la USC y autor principal del artículo, su experimento es único en su clase debido a que adopta un enfoque cualitativo, haciendo énfasis en las experiencias vividas por las personas adictas. En este sentido, afirma que gracias a esta perspectiva ha sido posible conocer qué cosas realmente funcionan para las poblaciones de estudio y por qué, especialmente cuando esas poblaciones son vulnerables y enfrentan todo tipo de problemas que podrían no verse reflejados en un banco de datos.

“Es necesario comprender lo que está sucediendo en la vida de las personas”, indica Ganesh. Según la investigación, el 57% de los participantes no tenían vivienda o la tenían de manera inestable, y el 70% ganaba menos de 2100 dólares al mes.

El abordaje de este tema es crucial en Estados Unidos, ya que las muertes por sobredosis de opioides han aumentado exponencialmente en los últimos años, llegando a causar la muerte de más de 80.000 personas en 2022.

Ryan Marino, profesor de la Universidad Case Western Reserve en Cleveland, Ohio, opina que es difícil saber el impacto de la legalización del cannabis en estas cifras.

“Nuestro consumo de drogas es tan tóxico que las sobredosis han seguido aumentando de cualquier manera, debido a la prevalencia del fentanilo y los cambios constantes en ese ámbito”, explica.

Sin embargo, también indica que ha visto cómo el cambio de actitud hacia el cannabis afecta a sus pacientes. En el pasado, varios pacientes fueron expulsados ​​de los programas de tratamiento de opioides e incluso se les cortó la suboxona cuando dieron positivo en la prueba de cannabis, lo que, según él, puede hacer que estas personas vuelvan a consumir, sean arrestadas e incluso mueran de sobredosis. Ahora, ve un futuro posible en el que el cannabis ya no sea una barrera para el tratamiento, sino una herramienta aceptable para el mismo.