Germany
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La líder del partido de extrema derecha alemán Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) ha asegurado que apoyará una iniciativa similar al Brexit para Alemania en caso de llegar al poder. Alice Weidel, una exbanquera que dirige el partido desde 2022, declaró en una entrevista que la medida aplicada por el Reino Unido sería “totalmente viable” para Alemania y que un “Dexit” favorecería la soberanía del país.

“Para Alemania, tomar una decisión soberana como esa [el Brexit] es un modelo a seguir”, afirmó.

No obstante, la dirigente de 44 años explicó que antes de realizar un referéndum sobre el “Dexit”, su partido se enfocaría en proponer reformas profundas para la Unión Europea, como una reducción del poder de la Comisión Europea, que en su opinión es un “poder ejecutivo no electo”.

“Si estas reformas no son posibles, si no somos capaces de restituir la soberanía de los estados europeos, entonces dejaremos que nuestra población decida, tal como hicieron en Gran Bretaña”, expresó.

Actualmente, el AfD cuenta con su mayor índice de popularidad desde su creación en 2013. Según las encuestas, goza de entre 20% a 23% de apoyo a nivel nacional, aventajando incluso a los tres partidos que componen la alianza del actual canciller, Olaf Scholz.

No obstante, en los últimos días, la agrupación ultraderechista ha sido objeto de una ola de protestas a nivel nacional debido a diversos reportes que señalan que varios de sus miembros más destacados habrían asistido a una reunión secreta en la cual se discutieron medidas como las deportaciones masivas de extranjeros, incluyendo a aquellos que poseen pasaporte alemán.

Weidel tachó de “escandalosa” esta información e indicó que únicamente pretendían elaborar una ley para repatriar a aquellas personas que no tenían los permisos necesarios para permanecer en Alemania. “El AfD defiende el cumplimiento de las leyes de este país”, aseveró.

Sin embargo, a pesar de estas declaraciones, las protestas callejeras tomaron mayor fuerza durante el fin de semana, con alrededor de un millón de personas asistiendo a más de 90 manifestaciones diferentes en todo el país.

En ciudades como Hamburgo y Múnich, la policía tuvo que forzar la cancelación de las concentraciones debido a la gran afluencia de público, que superó por mucho las expectativas de los organizadores.

En Berlín, asimismo, más de 100.000 personas se reunieron frente al Reichstag, y una marcha que debía pasar por un sector donde se localizan varias instituciones gubernamentales tuvo que ser cancelada debido a la gran cantidad de manifestantes.