Wildfire
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El número fallecidos a causa de los devastadores incendios en la isla de Maui, Hawái, aumentó este domingo a 93, convirtiéndose en los peores incendios registrados en Estados Unidos en más de 100 años. Se espera que estas cifras continúen en ascenso a medida que las autoridades prosiguen con las tareas de búsqueda y rescate, ya que solo han podido cubrir un 3% del área afectada.

“Este es el peor desastre natural que hemos vivido”, expresó el gobernador de Hawái, Josh Green. “Nos tomará una enorme cantidad de tiempo y recursos para recuperarnos de esto”, agregó.

Por la cifra de fallecidos, estos incendios son los peores desde los ocurridos en Minnesota y Wisconsin en 1918, cuando 453 personas perdieron sus vidas. Asimismo, se estima los daños materiales puedan llegar hasta los 6.000 millones de dólares, después de que alrededor de 2.200 estructuras fueran devoradas por las llamas en el oeste de Maui.

La atención de los pobladores locales y de los legisladores se ha centrado ahora en las causas por las cuales el sistema de alarma de la isla no se activó.

“Lamentablemente, en esta situación, las sirenas probablemente no funcionario”, comentó la representante demócrata Jill Tokuda en una entrevista con la cadena CBS. “Se enviaron señales de alerta a los celulares de las personas, pero en algunas zonas no teníamos cobertura celular ni electricidad”, agregó.

Una de las tres líneas de transmisión de energía eléctrica ya se encuentra en funcionamiento, con lo que esperan poder brindar el servicio a unas 3.700 casas, explicó el gobernador Green. Asimismo, dos vehículos con equipos de cobertura WiFi también fueron puestos a disposición de los pobladores para facilitar las comunicaciones.

Por otro lado, los esfuerzos de recuperación a largo plazo ya han iniciado con la habilitación de unas 1000 habitaciones de hotel, de las cuales la mitad se destinará al albergue de los residentes y el resto servirá para alojar a los trabajadores de los cuerpos humanitarios.

A casi cinco días del inicio de los mortales incendios, aún se han esclarecido sus orígenes, aunque se especula que pudieron alcanzar tales magnitudes debido a los vientos huracanados de más de que había sido avivado por vientos huracanados de 130 kilómetros por hora.

“El principal factor en juego durante la primera noche fueron los fuertes vientos. Eso creó una situación bastante peligrosa”, explicó Green. “Habiendo visto esa tormenta, dudo mucho que hubiésemos podido hacer más al estar en presencia de un incendio tan rápido como ese”, añadió.