Trasplante de células madre podría curar el VIH

El VIH (virus de inmunodeficiencia humana fue descubierto a principio de la década de los 80’s, cuando médicos estadounidenses empezaron a detectar que había pacientes con enfermedades, muy poco comunes.

Este virus se transmite mediante contacto directo con fluidos corporales infectados; provoca una inmunodeficiencia en el organismo al atacar a un tipo de glóbulos blancos que son los que ayudan a combatir las infecciones.

Actualmente y después de más de 30 años, un reciente estudio de científicos españoles reveló al mundo el increíble descubrimiento: la cura del VIH.

El tratamiento aprobado actualmente cuya base es el empleo de células madre, corresponde al trasplante alogénico de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) de un donante a un paciente, cuya procedencia puede ser la médula ósea, sangre periférica o sangre de cordón umbilical.

El estudio incluyó a un total de seis pacientes con VIH (tres de Madrid, dos de Granada y uno de Milán). Los pacientes recibieron un trasplante de células madre para tratar un linfoma. A 7 años del trasplante, cinco de ellos presentan una carga viral indetectable en sangre y tejidos. Uno de estos casos, después de siete años de recibir el trasplante además se seronegativizó, lo que es un fuerte indicativo de que el virus podría haber sido eliminado de su organismo.

Uno de los investigadores de Icrea en IrsiCaixa, Javier Martínez-Picado, advirtió: “Los buenos resultados que hemos tenido no quieren decir que se hayan curado, sino que por el momento no podemos detectar reservorio viral”.

Lo primero que debemos entender es que, en términos médicos, una reducción considerable no necesariamente significa una cura. Y para que la comunidad científica y médica la consideren como una cura tendrían que presentarse ciertos aspectos básicos:

Los resultados deberían ser visibles en un número de pacientes mucho mayor a las seis personas tratadas en el estudio.

Los síntomas provocados por el virus y la posterior enfermedad desarrollada deberían desaparecer. En este caso, al punto de ya no necesitar de fármacos antirretrovirales.